Shakespeare, siempre en la pantalla

Leonardo DiCaprio-ShakespeareEl pasado 23 de abril, día del Libro, se cumplió el 450 aniversario del dramaturgo por excelencia. Celebremos la ocasión echando un vistazo a la influencia que el vecino más célebre de Stratford-upon-Avon ha tenido más allá de las tablas. A pesar de ir camino de los cinco siglos, Shakespeare se encuentra muy activo en el cine, ese arte que seguramente tanto le habría gustado.

El cine ha adaptado a Shakespeare gran número de veces, desde el relamido Hamlet (1948) y el propagandista Enrique V (1944) de Laurence Olivier hasta las versiones más modernas firmadas por Kenneth Branagh, todas ellas adaptaciones que presumían de fieles, no sólo por reproducir el texto sino por mostrar caballos, barro inglés, calzas y peinados más bien ridículos.

Otros directores han optado por llevar a Shakespeare a su terreno, con resultados que van desde lo brillante a lo cuestionable. Orson Welles realizó una versión de Macbeth en que la Inglaterra de la baja Edad Media de Shakespeare se transformaba en una especie de edad de piedra, con los personajes ataviados con pieles y poblando cuevas en lugar de castillos. Otro grande, Akira Kurosawa, adaptó de nuevo Macbeth, además de El rey Lear, cambiando títulos y trasladando la acción al Japón feudal: hablamos, claro, de Trono de Sangre (1957) y Ran (1985), respectivamente.

Otras traslaciones han dado frutos más dudosos. El Romeo+Julieta de Baz Luhrmann (1996) sustituye Montescos y Capuletos por bandas callejeras rivales, Verona por Los Ángeles, y la música de laúdes y arpas por una banda sonora discotequera, para espanto de puristas. No obstante, sus protagonistas, Leonardo diCaprio y Claire Danes, reproducen bien al par de niñatos caprichosos que eran los personajes originales.

Lo que a algunos puede parecer falta de respeto, es en realidad una fértil conexión entre la alta cultura y la cultura popular. Al fin y al cabo, Shakespeare escribía tanto para la nobleza como para el pueblo llano. Seguramente le divertiría que Joss Whedon, como descanso tras el megablockbuster Los Vengadores, haya dirigido una versión de Mucho ruido y pocas nueces (2012).

En otros casos, la apropiación de Shakespeare por parte del cine ha llegado al extremo de que ni se mencionen las obras adaptadas. Planeta prohibido, película de ciencia ficción dirigida en 1956 por Fred M. Wilcox, es una adaptación bastante fiel de La tempestad, si bien cambia al siniestro Calibán por el encantador Robby el robot.

Hay veces en que Shakespeare se halla oculto incluso en productos Disney. ¿Qué es El Rey León (1994), con su rey asesinado por su hermano, y el príncipe que emprende un viaje de autoconocimiento antes de vengar la muerte del padre, sino una versión de Hamlet? Puede que no siempre nos demos cuenta, pero Shakespeare alimenta como nadie la fábrica de sueños.

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