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La periodista más popular de Gernika es arrollada por el tren que cubre la línea de Urdaibai. La víctima ha sido fijada a la vía con un delicado tulipán entre sus manos. La flor, de un intenso y brillante rojo, es tan hermosa como difícil de encontrar en pleno otoño. La escena, cuidadosamente preparada, ha sido retransmitida en directo a través de Facebook.
La danza de los tulipanes nos sumerge en la ría de Urdaibai, un lugar mágico donde el mar y la tierra se abrazan al compás de las mareas que mecen las tranquilas vidas de sus habitantes, que se ven repentinamente sacudidas por la brutal irrupción de un asesino complejo e inteligente, capaz de rivalizar con los ritmos de la naturaleza que desde siempre han gobernado la comarca.
Eusebio Aspuru, veterano periodista deportivo, se dispone a escribir la biografía de Domingo Arriola, un pelotari que, a finales de los 60 y principios de los 70, lo tuvo todo para ser campeón y, sin embargo, su afición a la juerga hizo que terminara arrastrándose por frontones de ínfima categoría. Al final, incluso abandonó el país precipitadamente, sin que se sepa muy bien si ello se debió a que lo buscaba la Policía por agredir a su patrón, que se había largado con su novia, o a su implicación en el asunto de los partidos amañados y las apuestas ilegales del mafioso de su tío. ¿Pudo haber razones políticas detrás de aquella fuga? En realidad, Arriola solo se preocupó de sí mismo, pero aquellos fueron años convulsos en los que todo el mundo se vio salpicado en una u otra medida; por tanto, ¿quién sabe? En todo caso, Aspuru cuenta con la información necesaria para escribir la biografía. Solo le falta saber cómo terminó sus días Arriola al otro lado del charco y dispone ya de varias vías para averiguarlo. Pero, caramba, lo que iba a ser la biografía de un deportista golfo se ha convertido en un thriller.
En Algunos asesinatos duelen más el autor nos aproxima como en una precisa disección médica al género negro desde múltiples perspectivas, desgranando y analizando, la mayoría de las veces con humor, las clásicas pistas, los móviles, las escenas del crimen, los hilos conductores, los peligros de la curiosidad, la reincidencia, los sabotajes, los testigos, los expresidiarios, las bandas de asesinos, los errores, la ejecución, los métodos, etcétera. Todo ello, sin olvidar las tramas de corrupción, las drogas y el terrorismo. Además, reflexiona sobre la mayor fuente de violencia que se produce en la sociedad: el odio o los intereses de las personas con las que convivimos, sean del género que sean. Anasagasti nos enseña que el amor a causa del roce se puede transformar en cualquier momento en odio, como polos opuestos de un mismo sentimiento. Muchas veces las personas que producen más daño son las más cercanas y, por eso, estos asesinatos u homicidios duelen más. No se olvida de tratar otros aspectos de la muerte, como son el aborto o la eutanasia. Igualmente, el escritor en la última parte del libro, en el capítulo “Cerca del más allá”, intenta acercar el mundo esotérico con la realidad más mundana. En ese puente de unión entre ambos cosmos, brujas y demonios no son ni más ni menos que invenciones de nuestros miedos o productos de nuestras conductas. Los seres malévolos lo engendramos nosotros desde nuestro interior, como frutos envenenados surgidos del espejo donde se reflejan el mal que producimos a nuestro prójimo. Ante eso, solo se puede combatir a esos terroríficos seres interiores con la ciencia y la bondad. En resumidas cuentas, un libro extraordinario lleno de grandes sorpresas, hilvanado con un lenguaje conciso y sencillo, que aporta una gran fluidez y dinamismo al ritmo narrativo y que le hace ser muy ameno y divertido.