Lehen liburua atera berri du Aintzane Usandizagak: Kabitu ezina, zortzi ipuinez osaturiko bilduma, giza harremanetako arrakaletan hazka egiten duena, normalitatetik kanpoko egoerei eskaintzen dien begiradak bihurtzen dituztelakoan egoera horiek interesgarri.
Zure lehen liburua da hau; betidanik idatzi izan duzu? Noiz hasi zinen liburuan pentsatzen?
Betidanik gustatu zaizkit istorioak, oroitzeko gai naizenetik. Entzun eta irakurri egiten nituen, eta azkenean neuk ere asmatzeko beharra sentitzen nuen.
Azken urteetan konstanzia gehiagorekin aritu naiz idazten. Liburuan dauden istorio batzuk sortzen hasi nintzenean oraindik ez nuen bilduma bat egitea buruan, baina duela urtebete pasatxo hasi nintzen proiektu bateratu gisa planteatzen, lehiaketa batera aurkezteko.
Ipuina duzu genero kuttuna ala entrenamendu bat da eta beste batzuetan ere saiatzeko asmoa duzu?
Irakurle moduan ipuinekiko harreman berezia dut, asko eragiten didate. Horrek ez du esan nahi istorioak kontatzeko beste moldeekin gozatzen ez dudanik; denetarik irakurtzea gustatzen zait.
Idazterakoan, orain arte behintzat, ipuinak sortu ditut batez ere, agian kontatu nahi nuenari ondoen egokitzen zitzaiona generoa zelako. Entrenamendua idazten duzun guztia delakoan nago, inoiz amaitzen ez dena, gainera: ipuina, nobela zein antzerkia izan; ez zait iruditzen bata bestearen gainetik dagoenik. Bakoitzak ditu bere ezaugarri, zailtasun eta indarrak. Ez dut bestelako genero edo formatuetan jarduteko aukera baztertzen, kontatu nahi dudanari egokituz gero.
Joxerra Bustillo, autor de Mal de manos: “Soy partidario de que el lector o la lectora participe en la historia, adivine cosas y tome decisiones; que te lo den todo mascado es muy aburrido”
Joxerra Bustillo (Gordexola, 1958) es conocido como periodista. Trabajó durante muchos años en los diarios Egin y Gara y actualmente lo hace en Euskal Memoria. Es autor de numerosas publicaciones sobre temas relacionados con la economía, el periodismo o la historia. Su faceta literaria, en cambio, ha sido desconocida hasta ahora incluso para los más íntimos. Y, sin embargo, la ha cultivado “desde siempre”. Mal de manos es la primera novela que publica, pero no la primera que escribe.
¿Qué va a encontrar el lector o la lectora en Mal de manos?
Diría que bastantes cosas entrelazadas. La trama gira en torno a Eusebio Aspuru, un periodista deportivo al que le encargan escribir la biografía de Domingo Arriola, un pelotari que, por pegada y facultades, pudo llegar a ser campeón y que, sin embargo, por su afición a la juerga y otras circunstancias, acabó mal. Sobre un escenario general vinculado al mundo de la pelota, se traza la trayectoria personal y profesional de Arriola, incluidos sus zigzagueos políticos en los últimos años del franquismo. He querido hacer de Arriola un personaje complejo, en cuyo retrato la escala de grises se impone al blanco y negro. Existe una ambigüedad en su manera de comportarse que creo que casa bien con el ambiente de franquismo sociológico en el que tanta gente se movió en aquellos años sesenta y setenta. Hubo menos héroes y mucha más gente corriente de lo que quizá nos gustaría.
“La isla de los conejos” (Random House, 2019) es el título del último trabajo de Elvira Navarro (Huelva, 1978), y también el nombre que lleva uno de los once relatos que habitan las páginas del libro. Se trata de un viaje inesperado, repleto de fábulas y de tensión. De sensaciones perturbadoras, y de calidad literaria. Una invitación a disfrutar de una lectura lúcida e inesperada.
¿Cómo le llegaron el deseo, la necesidad, las ganas de escribir un libro de relatos?
La idea me vino en 2014, aunque ya venía anotando ideas para relatos desde antes. Me di cuenta de que muchos de esos cuentos tenían una atmósfera y un tono similar, es decir, de que ahí había un libro.
Todos los cuentos tienen en común una atmósfera, un ambiente, un olor perturbador e inquietante. ¿Tenía claro desde el principio que eso iba a ser su nexo de unión?
Sí, exacto. La unidad viene a través de unas atmósferas determinadas, no porque acontezcan en un mismo espacio, sino porque éste tiene unas cualidades envolventes y de tono que apuntan a una continuidad en los distintos textos, aun cuando cada uno tiene temas y tramas distintos. Yo soy una escritora muy atmosférica. Proyecto la subjetividad de los personajes en los espacios.
Llanto en la tierra baldía, publicada también en euskera por la editorial Erein bajo el título Malkoak lur antzuan, es la nueva historia de la polífica y seguidísima autora Toti Martínez de Lezea. En esta ocasión, los lectores viajarán hasta el Badajoz de los años de la guerra civil y de la posguerra.
Allí vive Damaso, un yuntero iletrado que intenta sacar adelante a su familia a base de trabajar en el campo y en el contrabando. Las circunstancias lo llevan a Badajoz capital cuando la ciudad es ocupada por los franquistas y en una sola noche matan a más de cuatro mil personas. Su mujer da a luz mientras él está ausente, y el cacique del pueblo le roba el hijo para dárselo al dueño de las tierras que quiere un heredero. Este es el punto de partida de una novela que transcurre también en la zona minera de Bizkaia y en Etxebarri, donde tuvo lugar la huelga más larga de cuantas se llevaron a cabo durante el franquismo, y que terminó en un estado de excepción.
Junto con Y todos callaron esta es la novela que más cerca de nuestra actualidad sitúa. Esta vez nos conduce de vuelta a unos años que fueron una auténtica olla a presión.
Cierto, y que nuestros padres y abuelos vieron en toda su crudeza. Mi idea es continuar con esta serie que narra lo que se da por llamar la “pequeña historia”, es decir, no la de grandes batallas y personajes, sino la de la gente común que sufrió aquel drama y sus consecuencias. Tengo una edad y también memoria.
Paula Bonet (Vila-real, 1980) ha creado un libro personal y valiente. Un libro que son dos libros: el primero, en forma de acordeón, alberga ilustraciones originales y en el segundo habitan las palabras. Se llaman Roedores (Literatura Random House, 2018) y cuenta, en primera persona, la experiencia de vivir dos abortos naturales y no deseados.
No habrá sido fácil abrir abrir tanto tu ser, desvelar una vivencia tan íntima, y a la vez tan universal. ¿Qué te empujó a hacerlo? ¿La necesidad de poner voz a esta experiencia, dolorosa y al mismo tiempo natural? ¿De romper tabúes?