Manuel Rivas: “A veces, la vida real es realidad gracias a la imaginación”

Foto Manuel Rivas (de Sol Mariño)EL ULTIMO DIA TERRANOVAEn “El último día de Terranova”, la nueva novela de Manuel Rivas (A Coruña, 1957), suceden muchas cosas. Ocurren historias reales, y también historias imaginarias. Es un libro continuación de otros libros, los del propio autor, que ha vertido realidad y fantasía en un agradecido relato, donde narra la crónica de una librería a partir del momento en el que un cartel de “Liquidación final” cuelga de su puerta de entrada.

¿Cómo nació Terranova?

Primero nacieron algunos personajes. Y también apareció esa sensación de liquidación. Un día, paseando por A Coruña empecé a ver carteles de liquidación de quioscos de prensa, fue como una pesadilla. Al poco tiempo también cerró la librería que yo frecuentaba. Tuve una sensación de naufragio de pequeños espacios. Yo estaba escribiendo esta historia, pero no era la de una librería. Estaba siguiendo a los personajes y escuchando sus voces. Veo nacer la librería a partir de un pescador que va a Terranova, muere y deja unos ahorros que sirven para crearla.

Hay momentos en los que predomina la fantasía.

A veces predomina la vida imaginaria, la que se cuenta en los libros, cuando las palabras se convierten en cuerpos y cicatrices. Esos cuerpos y esas cicatrices son el eje. El núcleo de la novela tiene que ver con ese encuentro de vidas imaginarias y reales, y con, como a veces, la vida real es realidad gracias a la imaginación.

¿Diría que ha escrito una novela surrealista?

Es una novela anfibia, tiene esa condición psicogeográfica que me encanta. Me interesa mucho el surrealismo, esa idea de que hay cierto punto de creación donde los contrarios se encuentran. Creo que mi cabeza, cuando funciona, funciona así más a gusto, en ese tiempo que no es futuro ni pasado. Nunca pensé que escribiría una novela surrealista, y creo que esta se acerca bastante.

El humor y la ironía están muy presentes.

Sí, hay bastante humor, y los personajes tienen mucha ironía. La ironía es la mejor forma de expresar el matiz del ser humano. Se da cuando somos capaces de comprender que las palabras pueden levitar, pueden estar en el fondo del pozo o arriba del todo. Las palabras solo existen cuando acuden a la boca y tienen tono humano, acento, intención. El poder tiene que ver con el poder de las palabras, con su dominio. O con los silencios. La ironía devuelve la piel a las palabras.

¿Cómo escribe Manuel Rivas?

Escribo a mí manera, en círculos concéntricos, la historia va fermentando en mí cabeza, pierdo notas, las encuentro… En un momento digo, “ya estoy aquí, en Terranova, ya no puedo dejar a los personajes, porque sino me dejan ellos a mí”. Por suerte, la historia nunca termina. Todas las historias son los retoños del huerto de Ítaca.

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