Luz Gabás: “Vivimos mejor y con mayor conciencia social que nuestros antepasados, a pesar de todo lo criticable y mejorable de la actualidad”

corazon de oro - Luz GabasLuz Gabás vuelve con Corazón de Oro (Planeta, 2025), una novela en la que ha vertido aventuras e historia a partes iguales. Un libro que narra el periplo de un joven llamado Lorién desde su Pasolobino natal en el pirineo aragonés a una California en ebullición que ardía con el descubrimiento de oro. En sus páginas conviven el amor, el coraje, el miedo y las contradicciones de hombres y mujeres valientes que fueron capaces de arrojarse a lo desconocido, en busca de una vida mejor. 

Usted vivió una temporada en California, ¿Cómo ha sido volver a través de Corazón de Oro?

Me ha hecho recuperar recuerdos de aquella experiencia de mi juventud en San Luis Obispo, que me marcó para siempre, y ser capaz de reflejar en el protagonista la mezcla de miedo, ilusión y nostalgia al alejarte de tu tierra natal. Aprendí a relacionarme con gente diferente, a comprender otras culturas. Lorién, el protagonista, es también empático, sabe ponerse en el lugar de otras personas aunque no siempre esté de acuerdo con ellas.

¿Qué le ha enseñado el viaje de documentarse y luego escribir el libro?

Ha sido una aventura apasionante. Amplié y trasladé al lejano oeste lo aprendido en mi anterior novela, Lejos de Luisiana, sobre la presencia española en Norteamérica. Además de textos sobre la historia y la política de ese momento, leí mucha prensa. En la de California encontré detalles de cuestiones cotidianas para la ambientación y el sentir de la población ante sucesos concretos; en la de España, capté la percepción que se tenía aquí sobre California. Recopilé muchas anécdotas sorprendentes que me hicieron pensar en el coraje de tantas personas para lanzarse a lo desconocido.

Se ha decantado, además, por unos hechos de los que se sabe poco, los españoles que vivieron la fiebre del oro del siglo XIX. ¿Por qué decidió centrarse en ese lugar y en esos acontecimientos?

El oro en California apareció justo cuando el territorio dejó de pertenecer a México. En poco tiempo, miles de personas de todo el mundo llegaron a una California poco habitada, hispana e indígena, que pasa a formar parte súbitamente de los Estados Unidos. Me atrajo ese momento de choque entre culturas en un limbo legal. Surgieron conflictos por la propiedad, por los derechos que cada uno argumentaba que tenía. Se vivieron trágicos episodios de racismo, de abuso de poder… Me pareció interesante ver todo aquello a través de los ojos de uno de aquellos españoles que formaron parte de esa aventura.

¿Hasta qué punto es necesaria la literatura histórica?

Por un lado, nos acerca momentos de la historia, algunos poco tratados, desconocidos u olvidados, de una manera entretenida. Por otro lado, el género permite un análisis del presente gracias a la mirada al pasado, lo cual invita a la reflexión y al conocimiento de nuestra propia realidad.

En aquella época, la mayoría de los emigrantes no se trasladaron por necesidad acuciante, sino movidos por el deseo de buscar un futuro mejor. ¿Cómo diferenciar, en estos últimos casos, la avaricia de la ambición?

Durante la fiebre del oro californiana, muchos se sumaron por probar fortuna más que por necesidad. En los campamentos mineros había estudiantes, médicos, marineros, solados… Muy al principio, se dijo que en la bahía de San Franciso había decenas de barcos abandonados porque todos querían probar suerte con el oro, con esa posibilidad de ganar dinero de una manera rápida o incluso enriquecerse. Se enriquecieron pocos; muchos acumularon una cantidad suficiente para montar un negocio y hubo quienes perdieron todo lo ganado en el juego. Quienes se enriquecieron fueron las grandes compañías que explotaron el oro con maquinaria o quienes tuvieron visión de negocio y supieron invertir bien lo ganado en bienes y servicios para los miles que llegaban sin parar.  

Al igual que en nuestros días, y aunque cueste creerlo, también había bondad. ¿Qué opina? Usted visibiliza a las buenas personas en sus historias.

El mal resulta muy atractivo, despierta nuestra curiosidad, rechazo y asombro, por eso hay tantas novelas y películas que tratan sobre ello. Pero si la humanidad ha salido adelante ha sido por la capacidad de millones de seres humanos de descubrir, trabajar, ayudar, investigar, inventar, innovar y aplicar lo aprendido para mejorar las condiciones de vida de las personas.  Vivimos mejor y con mayor conciencia social que nuestros antepasados, a pesar de todo lo criticable y mejorable de la actualidad. El deseo de hacer el bien forma parte de la naturaleza humana.

Y amor…

Precisamente es la voluntad de hacer el bien a otro, la energía que nos mueve y una fuente inagotable de creación.

Háblenos de ese pueblo llamado Pasolobino, el punto de partida…

Pasolobino es cualquier lugar pequeño del que siempre parte alguien para conocer el mundo. Para mí está en las montañas del Pirineo. Corazón de oro es un guiño también a los lectores de Palmeras en la nieve. Representa lo que dejamos atrás en el camino de la vida, la nostalgia por el tiempo pasado, el arraigo, la identidad.

¿Para quién escribe? ¿Piensa en las personas lectoras o escribe para usted misma?

Como me gusta tanto leer, pienso en cómo me gustaría que me contaran a mí esa misma historia. Pero qué duda cabe que los escritores sentimos la necesidad de compartir con nuestros lectores lo que hierve en nuestro interior. Hay una necesidad de comunicación.

¿Tiene algo entre manos?

Siempre. De momento, dejo que las ideas revoloteen por mi cabeza hasta que la más obsesiva gane.

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