Lo que bien empieza

El primer verso lo dan los dioses, mientras que el resto del poema lo hemos de elaborar nosotros mismos.” Esta frase de Paul Valéry ilustra la importancia que los escritores conceden a las primeras líneas de sus obras. Se trata, además, de una exigencia común a todos los géneros. Si el célebre esteticista francés, reclamaba para la poesía la divinidad en los primeros versos, Horacio Quiroga, en su canónico Decálogo del perfecto cuentista, asevera lo siguiente: “No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.” En el prólogo a Doce cuentos peregrinos, Gabriel García Márquez precisa el alcance que tienen los comienzos de las novelas, aunque paradójicamente, sus palabras fueran destinadas a dignificar el relato breve: “El esfuerzo de escribir un cuento corto es tan intenso como empezar una  novela. Pues en el primer párrafo de una novela hay que definir todo: estructura, tono,  estilo, ritmo, longitud…, lo demás es el  placer de escribir, el más íntimo y solitario que pueda imaginarse. El cuento, en cambio, no tiene principio  ni fin: fragua o no fragua. Y si no fragua, la experiencia propia y la ajena enseñan que en  la mayoría de las veces es más saludable empezarlo de nuevo por otro camino, o tirarlo a  la basura”. Como señala el Nobel, son numerosos los elementos de la novela que se perfilan al inicio. Y, sin duda, Márquez sabe lo que dice porque suyo es alguno de los comienzos más memorables de la historia de la literatura. Para comprobarlo, echemos un vistazo a las primeras líneas de Cien años de soledad: Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.” En Crónica de una muerte anunciada, Márquez da forma a un comienzo magistral que se estudia en las Facultades de Periodismo:El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Empezar, como en este caso, por el final es solo una forma de hacerlo; hay muchas otras maneras. En algunas ocasiones, es la primera toma de contacto con los personajes lo que nos arrastra a la lectura.Llamadme Ismael. Hace algunos años –no importa cuántos–, teniendo poco o ningún dinero en la bolsa, y nada en particular que me interesara en tierra, pensé navegar un poco y ver la parte acuática del mundo”, dice el narrador de Moby Dick. Herman Melville supo atrapar la atención con la forma de presentar a su personaje. Lo mismo podemos decir del comienzo de El túnel, de Ernesto Sábato:Bastará decir que soy Juan Pablo Castell, el hombre que mató a María Iribarne.” En otras ocasiones, las primeras líneas nos permiten ver a los personajes a través de los ojos del narrador. Es el caso de ese monumento a la sensualidad que es el clásico inolvidable de Vladimir Nabokov:Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta.No podemos eludir, en este capítulo, el más repetido de los comienzos: “En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor”. No hace, por supuesto, ninguna falta recordar que se trata de las líneas que abren la que es considerada la primera novela moderna de la historia, es decir, El Quijote. No son menos célebres –los franceses las recitan de memoria– las palabras que saludan al lector de En busca del tiempo perdido: “Mucho tiempo he estado acostándome temprano”. En este caso,  Marcel Proust se sirvió del enorme potencial del recuerdo para echar a andar su colosal obra.    

En el festín de la literatura encontramos aperturas memorables construidas a través de la reflexión y la afirmación general. Los grandes maestros nos han dejado frases que ya son aforismos. “Las familias felices –escribió León Tólstoi para inaugurar Anna Kareninason todas iguales; las infelices lo son cada una a su manera.Orgullo y prejuicio, de Jane Austin, lo primero que revela es el tono,  deliciosamente irónico, y el tema sobre el que va a girar la novela: “Es una verdad universalmente aceptada, que todo hombre soltero en posesión de una buena fortuna, debe estar en búsqueda de esposa.Clarín, con solo la primera línea de La Regenta, la obra inmensa con la que quiso denunciar la hipocresía de la sociedad en la que vivía. Se sirvió de Vetusta, trasunto de Oviedo, para ambientar una novela que constituyó un verdadero escándalo en su momento. Como decíamos, la intención se asoma en las primeras palabras:La heroica ciudad dormía la siesta. Franz Kafka nos introduce en el nervio, tan sorprendente, de la trama de La Metamorfosis nada más abrir el libro:Cuando Gregorio Samsa despertó una mañana  de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto”.

Como vemos, las variaciones son infinitas. Inagotables las alternativas para construir una primera frase. Menos prolijo es, en cambio, el genio necesario para hacer diana en la frase redonda. En cualquier caso, muchos libros esconden inicios vigorosos. Y subiendo, claro. American Book Review publicó recientemente las cien mejores primeras líneas de las novelas impresas. El artículo incluía, además de gran parte de los comienzos aquí citados, otros comoEl griterío surcó el cielo”, frase con la que se abre El arcoiris de gravedad, de Thomas Pynchon. O el inicio de David Copperfield, de Charles Dickens: “Si yo soy el héroe de mi propia historia o corresponde ese lugar a otra persona, el lector lo sabrá después de recorrer estas páginas, que empezaré refiriendo mi vida desde sus comienzos.En resumen, cada nuevo ejemplo confirma que ojear –siquiera a hurtadillas- el primer párrafo de un libro antes de comprarlo es un viejo uso  más cercano a la Ilustración que a la picaresca… porque seamos francos, ¿acaso ustedes no lo hacen?

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