Ibon Martín: “El asesino que he creado está profundamente marcado por una fe inflexible que no perdona los pecados”

el ladron de rostros (ane cestero 3) - Ibon MartinEn la portada de El ladrón de rostros reina la imagen de un bosque verde intenso. Al abrirla, nos encontramos con un mapa, preludio de la nueva propuesta de Ibon Martín: un viaje por los valles y los secretos que rodean el santuario de Aranzazu. Una odisea repleta de emociones y suspense, cuyo punto de partida es un abominable crimen con visos de ritual atávico. Vuelve la inspectora Ane Cestero, y con ella la fascinante inquietud que son capaces de crear las buenas historias de intriga.

Ha dejado el salitre, las olas y las gaviotas para adentrarse en los valles del interior de Gipuzkoa. ¿Cómo ha llegado a esos lugares?

La historia que quería contar precisaba de un paisaje sin horizonte, un lugar escondido entre montañas que le hayan permitido llegar a nuestros días sin grandes cambios. En los valles que rodean Oñati y que sirven de escenario a El ladrón de rostros perduran viejos mitos y rituales que se han perdido en gran parte del país. Tanto el tiempo en el que transcurre la novela, en el segundo año de la pandemia, como el lugar elegido, no son fruto del azar. Eran indispensables para la trama. Me ayudan a dibujarla y a que el lector sienta el desasosiego y el aislamiento desde la primera página.

En la novela hay muchas referencias ancestrales que nos llevan a un imaginario de temor, respeto, historia y rituales.

Es un imaginario que aún sigue muy arraigado en Euskal Herria. Quise convertirlo en un elemento central, con mucha fuerza en la historia, y por eso decidí llevarme la novela al interior, alejarla de la costa. En El ladrón de rostros podemos sentir la presencia de seres mitológicos en nuestras montañas, en las que todavía se practican rituales que nos conectan con la noche de los tiempos, como ese rito de fertilidad que se practica en la oscuridad de la cueva de Sandaili. Comenzar la novela con un crimen en un lugar tan especial me pareció la mejor declaración de intenciones, la mejor forma de expresar que, en tiempos tan oscuros como los que acabamos de vivir, el ser humano se aferra a la necesidad de creer en algo. Esa fragilidad, esa búsqueda de respuestas, es uno de los motores de sus páginas.

También hay arte, y religión.

La religión está muy presente. Y me refiero a la religión en dos sentidos bien diferentes: como el abrazo reconfortante que muchas personas encuentran en ella y como la amenaza que suponen las creencias cuando se llevan al extremo. En la novela nos citamos con ambas y nos enfrentamos a su rostro más oscuro, porque el asesino que he creado está profundamente marcado por una fe inflexible, que no perdona los pecados y que ve señales por todas partes que alimentan su obsesión. Esa obra maestra que es el arte religioso de Oteiza da alas a su imaginación hasta convertirse en la firma de los crímenes del Apóstol. Pararse frente a ese increíble friso de piedra descarnada a observar las figuras del friso de la basílica de Arantzazu ha sido todo un regalo para estas páginas.

El crimen vuelve a tener un impacto social importante. ¿Hasta qué punto cree que es necesario escribir sobre temas que siguen teniendo calado en la actualidad?

En cierto modo la novela negra es la más cercana a nosotros. Nos permite hablar de nuestra sociedad y subrayar los grandes problemas que la enferman. Cuanto más cercanos a la actualidad son los temas que se abordan, mayor es la identificación del lector con la historia, mayores serán sus ganas de seguir pasando páginas.

De hecho, la actualidad está muy presente en sus novelas. En El ladrón de rostros además, el contexto, que hace años rozaría la ciencia ficción, no podría ser más real: días con distancia de seguridad, sin aglomeraciones, con cierres perimetrales… Le ayudan, ciertamente, a crear una atmósfera sofocante y muy propicia para el desarrollo de un thriller.

Cuando comencé a plantear la novela sentí la tentación de evitar la pandemia, como han hecho buena parte de mis colegas. Todos tenemos ganas de pasar página de un periodo que no ha sido el mejor de nuestras vidas. Sin embargo, enseguida comprendí que era una oportunidad para hablar de una realidad con la que todo lector podía empatizar porque este trauma colectivo ha dejado una huella en todos nosotros. Afrontarlo de este modo, me ha permitido construir una novela con elementos de suspense que no hubieran sido posibles en ningún otro momento: un lugar doblemente aislado, ya que a la escarpada geografía de valles quebrados y oscuras cuevas se unen los cierres perimetrales y confinamientos vigilados, así como la creación de personajes con problemas y obsesiones que no habrían resultado verosímiles en otras circunstancias.

Se dice que “la realidad supera siempre a la ficción”. ¿Encuentra la inspiración para sus personajes e historias en la cotidianidad?

Es abrir el periódico o encender la televisión y darte cuenta de que a nuestro alrededor suceden situaciones que superan con creces cualquiera de las tramas que te rondan por la cabeza. No me fijo nunca en crímenes reales para construir los míos, pero supongo que de algún modo influye toda esa información que recibimos. Para lo que sí que miro a mi alrededor es para crear los personajes. Si quiero que resulten creíbles debo hacerlo así, tienen que ser personas de nuestro tiempo, marcadas por la época que les ha tocado vivir.

¿Cuesta mucho crear un villano verosímil?

La creación del asesino es la parte más interesante a la hora de escribir una novela, pero también la más dura. En El ladrón de rostros el lector se encuentra con capítulos escritos desde su punto de vista. Para escribirlos he tenido que intentar que mi mente piense como lo haría la de un asesino que siente que está haciendo lo correcto, que tiene una misión que cumplir. Eso implica ponerse en su piel, comprenderlo y empatizar con sus emociones para poder construir un personaje creíble y atractivo. Es bastante turbador, la verdad.

¿Cuál es el secreto para construir personajes que funcionen? Ane Cestero también es mágica, y a la vez muy real.

El secreto es que podamos sentirnos identificados con ellos. Para mí es una gran satisfacción que el lector quiera saber lo que piensa y siente Ane cuando se ha quitado el uniforme y ya no está de servicio. Eso significa que la hemos adoptado como parte de nuestra familia, que es una amiga más por la que te preocupas cuando está en peligro. Para lograr ese vínculo, es esencial que respiren autenticidad y humanidad, que destaquen sus virtudes ─ Cestero es valiente y brillante en su trabajo─ pero también sus defectos: es visceral hasta el punto de meterse en problemas. ¿A quién no le ha sucedido alguna vez? Por eso brilla como protagonista.

¿Cómo escribe Ibon Martín? ¿Tiene algún ritual, costumbre, rutina…?

Mis novelas surgen de la observación. Primero vienen los paseos por los escenarios, las conversaciones en la calle, en la taberna, en la puerta de la iglesia, en el mercado… Después, y siempre bien armado de café, llega la hora de sentarme y escribir. Normalmente fuera de casa, en algún entorno que resulte inspirador, preferiblemente cerca de los escenarios. Más visitas al lugar del crimen, más paseos con la libreta en la mano, lecturas y relecturas… Y al final tenemos El ladrón de rostros.

¿Qué será lo próximo?

Ahora toca pasear de nuevo y de esas caminatas irán naciendo escenarios, tramas… una nueva entrega. Cestero seguirá como protagonista. ¿Hasta cuándo? No lo sé, pero sí habrá una cuarta novela.

¿Diría que estamos viviendo la edad de oro del thriller vasco en la literatura?

Sin ninguna duda. Lo que hace unos años comenzamos a escribir unos pocos se ha consolidado y hoy en día existen un buen puñado de autores extraordinarios. Hemos colocado Euskal Herria en el mapa del thriller. No me atrevo a decir que con tanta fuerza como tuvieron hace años los nórdicos, pero la cantidad de idiomas a los que están traduciéndose nuestras novelas nos habla de un interés enorme por la novela negra localizada en nuestro país.

 

Share this Post: Facebook Twitter Pinterest Google Plus StumbleUpon Reddit RSS Email

Noticias Relacionadas

Deja tu Comentario