Tom Schamp: “Parece que mi cerebro se niega a hacer una separación clara entre adultos y niños”

libromasdivertidoLa editorial Maeva, colección Young, ha publicado el libro El libro más divertido del mundo de Tom Schamp. En este fabuloso libro ilustrado, Tom Schamp te lleva de viaje por un fantástico mundo lleno de colores. Junto a Otto y otros personajes como el Tío Darío, el doctor Topón o el profesor Zorrilla, descubrirás  casas  curiosas,  frutas  exquisitas,  barcos increíbles, instrumentos musicales de todo el mundo, plantas exóticas y muchísimo, muchísimo, más.

La editora del libro le ha hecho la siguiente entrevista:

¿Cómo y cuándo empezaste en El libro más divertido del mundo

Empecé a trabajar en él en 2014 mientras trabajaba a la vez en muchos otros proyectos para adultos y para niños.

En realidad, un buen día mi editora Sofie (también llamada “Dora la Editora”, o Edith & Dora, como la llamo, de forma un tanto esquizofrénica, en la introducción del libro original) entró en nuestro espacio de trabajo a por otro libro, y cuando vio mi forma de trabajar, con objetos de todo tipo agrupados en colecciones, sugirió que podía convertirlo en una enciclopedia, como si fuera uno de esos “readymade” de Marcel Duchamp. Es peliagudo proponerme algo tan arriesgado, porque yo siempre estoy dispuesto a empezar nuevos proyectos, pero a mi cerebro le cuesta hacerse a la idea del tiempo que me llevará… Así que preparé algunos archivos de muestra para la feria de Frankfurt en otoño de 2015 con todo muy bien organizado en categorías (como se supone que debería estar un diccionario para niños). Pero para cuando volví a ponerme con el proyecto en verano de 2016, parecía haberme convertido en otra persona. Quería que fuera más divertido, más caótico, quizá para reflejar cómo me sentía en ese momento. Pasé de Hergé a Franquin (para seguir con comparaciones con autores francobelgas). Y durante seis meses me zambullí en este proyecto tan utópico, intentando recoger todos los aspectos de la vida cotidiana en un solo libro…

Comparado con otros libros de “busca y encuentra”, en el tuyo hay más referencias “culturales”. Las páginas sobre música y arte son geniales. ¿Las hiciste para los padres además de para los niños? ¿Era ese uno de tus objetivos al empezar el proyecto, que fuera para adultos y para niños?

Lo que pasa es que parece que mi cerebro se niega a hacer una separación clara entre adultos y niños. Es evidente que todos tenemos todavía un niño en nuestro interior, y seguro que dentro de cada niño hay un prototipo de adulto, así que intento no subestimar a los niños ni sobrestimar a los adultos. En la sección de música y arte, me encontraba en mi territorio, así que fue más una cuestión de enfrentarme a la dura decisión de qué incluir y qué no, sin parecer que presumo de todo lo que sé. En cambio, la sección de deportes la pospuse hasta el final, y casi le causé un ataque de nervios a mi editora.

Parece algo bastante inusual que estudiaras diseño gráfico en Poznan. Imagino que, en la época, no era lo más habitual. ¿Por qué tomaste esta decisión?

Te agradezco mucho la pregunta. Fue hace mucho tiempo. Acababa de caer el muro de Berlín­… Pero recuerdo sentirme atraída por los pósters de diseñadores polacos en los ochenta (Polska Plakat).

Tenía una idea algo infantil de que en el mundo tras el muro las cosas no estaban corrompidas por el interés comercial, y que las limitaciones técnicas que tenían los diseñadores allí los ayudaban a tomar decisiones más claras y sencillas (¡menos es más!).

Así que fue un buen sitio para empezar, con tinta y semitonos (y un solo restaurante en la plaza principal), para luego regresar a la capital de Europa, que ofrecía una cantidad de opciones abrumadora.

¿Has utilizado alguna vez colores menos vivos de los que sueles emplear? ¿Eres tan optimista y vivaz como reflejan tus libros?

Hace años empecé con tonos sepia, durante mi época en Polonia, pero, poco a poco, los colores fueron cobrando importancia. No creo que mi paleta sea puramente optimista; uso mucho el negro, al fin y al cabo, pero me gusta mucho el contraste y no hay nada como un color para expresar como te sientes (¡un color dice más que mil palabras!). La verdad es que ahora estoy trabajando en un libro igual de loco que este en el que las cosas estarán organizadas por color, y seguro que podré responder a cualquier pregunta que me hagas sobre el tema en cuanto termine. Pero es cierto que creo que tenemos el deber moral de permanecer optimistas hasta cierto punto, no solo delante de los niños, sino por nuestra propia higiene mental.

En el libro hay tal nivel de detalle que podríamos pasarnos horas en la misma página. ¿Qué fue lo más difícil al planificar el libro?

Este libro me llevó mucho más tiempo de lo previsto, pero me temo que siempre me pasa lo mismo. Lo más gracioso es que la doble página en negro (que solo tiene palabras en colores neón que sugieren la ciudad de noche) fue la más difícil de hacer. Es la misma imagen que la de la página anterior (la de la ciudad de día) con una capa negra sobre el fondo, pero el archivo se hizo demasiado pesado para mi ordenador. Y justo entonces sucedió el atentado de París (con todo lo que implicó aquí en Bruselas) y después de lo que pasó en Charlie Hebdo y todos los horrores que habían sucedido, mi cerebro estaba saturado. Así que, en cierto modo, la realidad (o cómo la percibimos en los tiempos que corren) fue lo más difícil. Será por eso que le di la vuelta a la torre Eiffel y por qué en el libro se menciona tan a menudo “Libertad, igualdad y fraternidad”, como una especie de mantra que detenga la locura del exterior.

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