Obras escritas por mujeres copan las listas de los libros más venidos

emakumeak artikulua¿Ha llegado, al fin, la hora de las mujeres en la literatura? Es difícil aventurar una respuesta; sin embargo, sí podemos afirmar que la visibilidad y el reconocimiento de las escritoras no están en sus horas más bajas, algo que tampoco es decir demasiado. Por otro lado, aún se impone la sensación de que pisamos un terreno donde los hombres siguen acaparando premios, reconocimientos, admiraciones. Actualmente, se publican muchos títulos escritos por mujeres, pero si preguntáramos por las firmas literarias más prestigiadas, me temo que las respuestas seguirían conjugando el masculino.

Sea como fuere, debemos recordar que acabamos de celebrar la concesión del premio Nobel de Literatura a Svetlana Alexiévich, autora de libros tan estremecedores como Voces de Chernóbil; y, por fortuna, si ponemos el foco en nuestro entorno, enseguida observaremos datos elocuentes. Por ejemplo que los puestos de honor en las listas de los libros más vendidos en euskera son para Katixa Agirre por su “road novel” Atertu arte itxaron y para el poemario Orain hilak ditugu, de Karmele Jaio. A la actualidad poética, acaba de unirse además Goizalde Landabaso con el libro de poemas Babeserako kopia, un interesante trabajo en el que reivindica la memoria.

Pero sigamos echando un vistazo a nuestro panorama: Jasone Osoro regresa a las librerías con 12etan bermuta, una novela en la que gravitan una amplia gama de sentimientos que condicionan, apuntalan o destruyen las relaciones humanas. Bea Salaberri irrumpe en las mesas de novedades con su ópera prima Baionak ez daki, un libro de relatos erigido sobre la cotidianidad. La bermeana Alaine Agirre, que sorprendió con Odol mamituak, regresa ahora con X hil da. Y quienes no leyeron la versión en euskera de Nora ez dakizun hori, firmado por Irati Jiménez, ahora pueden leer Nora, la traducción al castellano de esta exitosa ficción.

Por otro lado, siguen vendiéndose libros que aunque, en el frenético mercado editorial, no sean estrictamente una novedad, aún resuenan. Entre esos casos de éxito sostenido se significan la introspectiva, hábil y nerviosa Erraiak, de la joven Danele Sarriugarte, o Lasai ez da ezer gertatzen, de Ana Malagón. Por supuesto, Kristalezko begi bat, firmado por Miren Agur Meabe, un libro poderoso que tiene algo de dietario en el que destacan el ritmo narrativo, el lenguaje empleado, muy cuidado, y una belleza conceptual, que lo sitúan a veces muy cerca de la prosa poética. Katu jendea, y en general todos los libros de Eider Rodríguez, forman parte del fondo de las librerías por la innegable calidad de esta autora. En su última colección de relatos, traducida al castellano como Un montón de gatos, Rodríguez demuestra su raro talento para acercarse a los conflictos personales sin deslizarse por el reverso amable de las cosas. Así mismo, la obra de Arantxa Urretabizkaia continúa llamando la atención del público lector.

En castellano también encontramos motivos de celebración. La donostiarra Dolores Redondo ha arrasado en ventas con su trilogía del Baztan, un fenómeno de éxito internacional. Y la gasteiztarra Toti Martínez de Lezea lleva años apostada en los puestos de los libros más vendidos. Pero últimamente, asistimos a la eclosión de una nueva generación de autoras. A nombres asentados como el de Luisa Etxenike o Maria Eugenia Salaverri, se unen ahora otros muchos. Entre ellos, destacan los de tres bilbaínas: Nere Basabe, Aixa de la Cruz y Gabriela Ybarra. Basabe explica los años del ladrillo y del chanchullo inmobiliario en la interesante novela El límite inferior. Aixa de la Cruz nos inquietó con Modelos animales, un libro de relatos en los que la violencia y la crueldad irrumpen en situaciones inesperadas. Gabriela Ybarra, por su parte, ha superado la cuarta edición con El comensal, una novela autobiográfica en la que la autora trata de comprender su relación con la muerte y la familia. Pero además de estas tres bilbaínas, no podemos dejar de mencionar a la ilustradora y escritora afincada en Hendaia, Sara Morante, que este mismo año publicaba La vida de las paredes. Se suma a esta nómina Idoia Estornés, que  ganó el Premio Literario Euskadi 2014 con Cómo pudo pasarnos esto. En el apartado de la poesía, Itziar Mínguez tiene mucho que decir. Su último y muy reciente trabajo Cambio de rasante, engrosa una trayectoria ya sólida, reconocida con numerosos galardones.

 

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