Entrevista a Jose Javier Abasolo sobre “Una decisión peligrosa”

Una decisión peligrosaJose Javier AbasoloUna decisión peligrosa (Ttarttalo) puede considerarse como una ucronía; sin embargo, José Javier Abasolo, como autor, es conocido por su trayectoria en el género negro, en el que lleva ya doce novelas publicadas, algunas de ellas galardonadas con importantes premios y traducidas a idiomas como el francés, italiano y ucraniano. Es así mismo un invitado asiduo a los más importantes festivales de novela negra que se celebran en España.

¿Ha cambiado de registro con esta obra?

En realidad sigue siendo una novela negra, sólo que dentro de la realidad alternativa que aparece como fondo. Aunque también es cierto que es una novela negra que únicamente tiene sentido dentro de esa realidad. Podría decirse que la ucronía es el escenario, sólo que un escenario muy importante porque es lo que da consistencia a la historia que se narra en la propia novela.

¿Cómo definiría usted la ucronía como género literario?

Es una historia de ficción que se basa en la idea de que en un momento dado la historia, o nuestra propia vida, podría haber ido por otros derroteros. Es algo que todos nos planteamos muchas veces en nuestra existencia cotidiana: ¿qué habría pasado si no hubiera ido a esa fiesta en la que conocí a mi mujer? ¿O si mis padres me hubieran matriculado en un colegio diferente y, por tanto, no hubiese conocido a mis actuales amigos? Lo mismo podríamos decir de las naciones, ¿qué habría ocurrido si las tres carabelas comandadas por Colón hubieran naufragado antes de llegar a tierra americana? ¿Cómo sería hoy el mundo si eso hubiese ocurrido? La verdad es que elucubrar y escribir sobre ello es, intelectual y narrativamente, un ejercicio literario tan apasionante como estimulante.

Mezclar una ucronía, que es un ejercicio de fantasía, con algo tan realista como suele predicarse de la novela negra, ¿no parece algo contradictorio?

No tal y como yo entiendo las ucronías o, al menos, el tipo de ucronía con el que más me identifico, que es la que puede considerarse verosímil. A mí, por ejemplo, no me interesan (aunque respeto, por supuesto, al que le guste) las historias que no son racionalmente posibles o verosímiles. Proponer, por ejemplo, que el Imperio Romano, después de 2000 años, hubiera llegado incólume a nuestros días no es verosímil, no tiene sentido, chirría y va en contra del sentido común. Pero no es descabellado imaginar que Hitler podía haber hecho caso a algunos de sus generales más lúcidos y no invadir Rusia, manteniéndose de ese modo el pacto con Stalin. No ocurrió, pero podría haber ocurrido perfectamente, y en ese caso la historia no hubiese sido la misma, ni nosotros tampoco, seguramente. Ese tipo de ucronía, verosímil y que presenta una historia alternativa que podría haber sido factible, encaja perfectamente con el realismo propio de la novela negra.

Usted propone, en Una decisión peligrosa, la existencia de un Reino de Navarra independiente y de religión mayoritariamente protestante, en la época de la II Guerra Mundial. Lo primero podría cumplir ese canon de verosimilitud, porque ya lo fue en el pasado, pero lo de protestante, hablando de Navarra, no lo parece tanto, a simple vista.

Es cierto, y yo mismo pensé en ello mientras ideaba y escribía la novela. En ciertos momentos incluso me dio un poco de vértigo la idea, pero creía y sigo creyendo que tiene sentido. Hoy en día, si hablamos de religión, Navarra está unida indisolublemente al catolicismo, pero si miramos la historia podemos ver cómo la primera traducción de la Biblia al euskera la hizo un pastor protestante navarro, Joanes Leizarraga, a iniciativa de una reina también de esa religión, Juana III de Albret, que pretendía impulsarla en sus dominios. El hecho cierto es que ese intento de conversión al protestantismo, pese al apoyo regio y a la utilización de la traducción, por primera vez, de la Biblia a la que entonces se llamaba “lingua navarrorum”, no prosperó, pese a que en aquella época no era tan raro que cuando los reyes o príncipes cambiaban de religión (o la mantenían), sus súbditos les siguiesen en masa. Pero de haber prosperado la historia podría haber sido como la que aparece en la novela. No necesariamente, pero podría haber sido así, aunque admito que como no se produjo en la realidad, nunca podremos saberlo a ciencia cierta. Pero creo que es una hipótesis verosímil

En una Navarra protestante quien es asesinado, sin embargo, es el arzobispo de la minoría católica. ¿Por qué elige, como primera víctima, un personaje de esas características?

Me pareció interesante jugar con esa posibilidad ya que la novela transcurre en la época de la II Guerra Mundial, con una Navarra que se encuentra entre la Francia ocupada y una España dominada por Franco y que tenía en el nacionalcatolicismo uno de sus pilares ideológicos. El asesinato del arzobispo, por tanto, podía ser una buena excusa del régimen franquista, en la novela, para anexionarse Navarra, siguiendo la estela de lo que algo más de cuatrocientos años antes había hecho Fernando el Católico. Pero es que además me permitía hablar también de la intolerancia, no sólo religiosa y política, como aparecen en primer plano, sino general. En este caso los dominantes son los protestantes y los dominados los católicos, pero da igual quién esté arriba y quién esté abajo, los esquemas de dominación e intolerancia se repiten simétricamente en todos los casos.

Además de la lectura, en este caso, de una interesante historia, ¿qué pueden aportarle al lector o al público en general las ucronías?

Quizás que aunque no debemos confundir nuestros deseos (o nuestros temores, según el caso) con las realidades y la historia es la que ha sido, sin poder cambiarla de ninguna manera, las ucronías, cuando están basadas no en meras fantasías sino en posibilidades reales que no fructificaron, nos enseñan que lo mismo que el pasado podría haber sido diferente el futuro aún no está escrito.

Por último, ¿podría hablarnos del título: UNA DECISIÓN PELIGROSA?

Tanto individual como colectivamente todos tenemos que tomar a diario múltiples decisiones, desde las más banales a las más importantes, algunas incluso pueden llegar a ser trascendentales, y en muchos casos, hasta que no las hemos tomado y no conocemos los resultados, no sabemos si hemos actuado correctamente o no al tomarla. En la novela, también, los personajes tienen que enfrentarse a decisiones que no sólo pueden cambiar sus vidas sino las de su propio país y que pueden llegar a ser incluso muy peligrosas. Y, como se decía en un famoso programa de televisión, hasta aquí puedo leer. O, al menos, responder.

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