Una barra de hierro en la maquinaria

Cuando se habla de novela negra, que parece estar nuevamente de moda en estos días, es inevitable pensar en Dashiell Hammett, uno de sus creadores en la década de los 30 del siglo pasado. Autor de tan sólo cinco novelas y poco más de sesenta relatos Hammett inició, prácticamente sin pretenderlo, un género que a lo largo de casi un siglo ha demostrado su vitalidad adaptándose a las diferentes épocas y sociedades por las que ha transitado. Quizás porque se trata de un género que habla, al igual que la literatura en general, de todo aquello que mueve a los seres humanos, sus pasiones, su codicia, sus ansias de poder, de sexo, de dinero, sólo que llevadas al extremo de que alguien cree que merece la pena matar, o arriesgarse a morir, para conseguirlas.

Hammett lo sabía perfectamente, de ahí la maestría y contundencia de sus novelas y relatos. Y no porque fuera un diletante de las letras, sino porque había transitado por aquellos aspectos más sórdidos de la sociedad que se atrevió a describir. Y es que aunque sus detectives fueran personajes de ficción, unos sólidos y bien construidos personajes de ficción, él lo fue en la realidad, en la que trabajó para la más famosa agencia de detectives norteamericana, la Pinkerton. Y no sólo combatiendo a endurecidos criminales sino, sobre todo, persiguiendo a sindicalistas y rompiendo huelgas. De ahí en gran parte su hastío profesional y su decisión de plasmar literariamente lo que había vivido.

En una de sus novelas más emblemáticas, “El halcón maltés”, su protagonista, Sam Spade, explica cómo su método de investigación consiste en arrojar, violenta e impredeciblemente, una barra de hierro en medio de la maquinaria. Seguramente nunca se ha encontrado una mejor definición para lo que es, o debiera ser, no sólo la novela negra sino la experiencia literaria en general. Y es también la mejor manera de definir al propio Hammett que, a pesar del tiempo transcurrido, sigue estando vigente y siendo uno de los pocos escritores auténticamente imprescindibles.

 

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