Un antes y un después en la cartografía montañera

¿Es posible imaginar un mundo sin mapas? Era la pregunta que nos hacíamos allá por el 2007 en el número 29 de la revista Euskal Herria, en un profundo reportaje realizado por el apasionado investigador cartográfico Ramón Oleaga. Allí también se decía: “Hubo un tiempo en que el soldado y el peregrino, el circunstancial viajero, se orientaba por el sol y las estrellas o las referencias que le fueran proporcionando las gentes de los lugares por los que transitaba”.

Así pues, desde ”las primeras representaciones cartográficas que se remontan a la antigua Babilonia, legándonos una docena de tablillas de arcilla con mapas y planos locales e incluso una descripción circular del mundo conocido” hasta nuestros días, el ser humano ha manejado un sinfín de estilos y técnicas en otros tantos soportes o materiales para saber en dónde se encontraba o cuál era el mejor camino para llegar a su destino. Eso sin contar con las manipulaciones geográficas que realizaban gobernantes y gobiernos para ganar sus guerras y repartirse sus territorios.

Pero no es este el caso que nos ocupa, sino la evolución de la cartografía de montaña parra llegar hasta nuestros días, a lo que hoy presenta la editorial SUA.

Ya antes del siglo XV, con la irrupción de la imprenta, se dibujaban mapas  que podrían acercarse al clásico de montaña de hoy en día. Pero es a partir de poder tocar el papel y moverlo de un lugar a otro cuando el mapa de montaña cobra su sentido.

Y hace casi 20 años que SUA Edizioak presentaba con un pretencioso y provocador eslogan lo que iba a ser un primer gran avance. “El último paso de la evolución. La cartografía del siglo XXI” fue la frase elegida para presentar una novedad cartográfica de la mano de Miguel Angulo a los mandos de la técnica y de un sinfín de colaboradores y expertos montañeros en los textos. Se presentaba entonces una cartografía en simulación 3D realmente revolucionaria y que de hecho revolucionó el panorama editorial y montañero.

Y hoy, mucho tiempo después, Miguel Angulo ha vuelto a ser el soporte fundamental, esta vez acompañado del escritor y montañero Gorka López, de las aplicaciones que la editorial bilbaína presenta. APPs que esta vez no simulan el efecto 3D sino que lo plasman con un realismo que te transporta al escenario montañero al que te diriges o te rodea con sus cumbres, valles y ríos cuando la utilizas in situ.

Las aplicaciones de SUA, en colaboración con la empresa especializada en cartografía 3D de Pau Face au Sud, es actualmente lo más novedoso en el panorama editorial de la cartografía de montaña a nivel europeo. Hasta la fecha no se conoce algo similar y la expectación que ha provocado en sus presentaciones ha sido grande. Y lo más importante, la valoración de quienes hasta la fecha la han utilizado es altamente positiva.

Las aplicaciones para smartphones con sistema Android e IOS de la colección Mapas Pirenaicos escala 1:25.000 es una cartografía 3D acompañada por particularidades como la descripción de itinerarios, geolocalizadores, GPS, recorridos actualizados, nuevas técnicas cartográficas…

Sin lugar a dudas esta propuesta marca un antes y un después en la cartografía montañera y pirenaica.

Hasta el mínimo detalle
Son nueve las aplicaciones que ofrece SUA Edizioak hasta la fecha: Aralar, Bardena blanca, Bardena negra, Posets-Perdiguero, Balaïtous-Vignemale, Maladeta-Aneto, Belagua-Zuriza,  Aigüestortes-Sant.Maurici y Monte Perdido-Gavarnie. Todas ellas en versiones en castellano y francés. Se están realizando las versiones en euskera, si bien ya está disponible la primera, la de Monte Perdido-Gavarnie.

Al precio de 5,99 €, cada una de las aplicaciones se puede descargar desde la web www.sua.eus, donde también encontramos un tutorial, que se ampliará en breve. En cualquier caso, el funcionamiento de las Apps es realmente fácil, muy intuitivo y sobre todo claro, eficaz y que trasmite gran seguridad al montañero.

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