“La historia es simplemente el decorado sobre el que coloco esas grandes pasiones que dominan a los hombres desde el principio de los tiempos”

Julia NavarroDispara yo ya estoy muertoDispara, yo ya estoy muerto, la más ambiciosa novela de Julia Navarro, cuenta la historia de dos sagas familiares y nos habla sobre unas personas que se enfrentan a su propio destino y que luchan por sus sueños. Intiga, espionaje, historia, amor y traición. El esperado libro esconde mucho misterio, aventura y emociones a flor de piel.

El primer impacto que recibe el lector al coger el libro es el título de la novela, que no deja indiferente.

Todos mis libros se resuelven en la última página, antes no se va a entender el título. Soy consciente de que puede desconcertar, algunos pueden pensar que se trata de un thriller o una novela policíaca, y no es nada de eso. Es una novela muy orteguiana, en la que trato de hacer una reflexión sobre cómo los seres humanos somos realmente víctimas de nuestras propias circunstancias, y que no todo el mundo puede romper ese círculo de circunstancias y salir del destino para el que está predeterminado. Es una novela en la que a los personajes les toca interpretar un papel que no han escrito ellos.

En la novela está latente la violencia y la sinrazón de conflictos políticos como el que vive el protagonista judío, Samuel Zucker. ¿Ha cambiado algo desde la época que abarca el libro, finales del siglo XIX hasta 1948?

Para mi es una novela de personajes, el contexto histórico es sólo un telón de fondo, es un decorado nada más. Es anecdótico a quién votan o a quién rezan. Lo importante es cómo tienen que vivir una vida que no habrían elegido. Es muy difícil romper con esto y salir de nuestro propio laberinto vital. Los tiempos cambian, pero nunca cambian las pasiones que dominan a los seres humanos: el amor, el odio, la envidia, la generosidad, la solidaridad….

En la novela se trasluce un canto a la amistad. Por encima de de diferencias políticas y religiosas, se forja una amistad que se perpetúa generación tras generación. Algo poco habitual en los tiempos que corren….

Así es, pero sobre todo se habla del laberinto de las circunstancias humanas. Por eso te decía que es una novela absolutamente orteguiana. Son personajes que están en un lugar, en un momento histórico, con una religión, que les toca en un bando político, pero seguramente ellos no habrían elegido eso. Interpretan un papel que ya les viene dado. 

La protagonista, la cooperante Marian Miller, debe realizar un informe sobre los asentamientos ilegales de los judíos en territorio palestino. Pero aunque su labor se trata de recoger ambas versiones, ella ya tiene una opinión formada a favor de los palestinos….que luego evoluciona.

Marian no cambia de opinión, ella sigue firme en sus convicciones, aunque no puede dejar de empatizar con Ezequiel. Ahora bien, yo creo que hay situaciones en las que empatices con quien empatices, uno tiene que estar siempre del lado de la justicia. Lo que nada podrá cambiar es su opinión sobre la brutalidad en los asentamientos judíos, esa política terrible que arrasa con los derechos de los palestinos. Siempre existe un miedo hacia el que es diferente, pero luego cuando se establece un diálogo descubrimos que no hay diferencias entre nosotros.

En la novela subyace una reivindicación clara: que por encima de las patrias están las personas.

En esa dimensión orteguiana de la novela están las personas a las que les toca vivir un tiempo histórico, unas circunstancias históricas, que tal vez no habrían elegido. Depende de dónde nazcas, así es el color de tu piel, tu religión y tu cultura. Todos venimos con un guión predeterminado bajo el brazo. Salirnos de ese guión es terriblemente difícil, algunos lo hacen, pero lo normal es que te acomodes e interpretes el papel que te ha tocado vivir. Luchar contra esas circunstancias es una tarea  absolutamente titánica, además tampoco sabemos muy bien cómo escapar.

 ¿Qué es más difícil, aprender a vivir-o aprender a convivir?

Ambas cosas son muy complicadas. Vivir es una experiencia extraordinaria que está llena de luces, de sombras, es una carrera de fondo en la que muchas veces estamos a punto de desfallecer. Vivir no es fácil, no es un camino de rosas para nadie. Y convivir tampoco lo es, porque la convivencia es un pacto entre seres humanos. Pero yo creo que hay que ir más allá del pacto: escucharnos, no agredirnos, que haya unas normas de civilización….Convivir es ponernos en la piel del otro, entender sus razones, intentar empatizar….muy complicado.

En tus anteriores novelas realizas auténticos retratos de momentos históricos concretos. Una vez más, se intuye aquí una gran labor de documentación detrás. Datos históricos, geográficos, culturales….¿Hasta qué punto te resulta de ayuda tu faceta como periodista?

Muchísimo, porque todos los periodistas estamos acostumbrados a buscar documentacíon. También me ayuda a utilizar un lenguaje directo que me permite llegar a todo tipo de lectores. Yo no escribo libros históricos, yo escribo historias de personajes. La historia es simplemente el decorado, el escenario sobre el que se repiten esas grandes pasiones que dominan a los hombres desde el principio de los tiempos.

Has comentado en más de una ocasión que todos tenemos el derecho y la obligación de conocer nuestro pasado. Que no podemos saber quiénes somos si no sabemos de dónde venimos.

Efectivamente. Me parece elemental. Es imposible entender el presente sin conocer el pasado.

¿Podríamos resumir los pilares que sostienen sus novelas como un gran número de páginas, una multiplicidad de escenarios y un secreto que descubrir?

Sí, esos serían los mimbres con los que yo construyo la novela, pero lo verdaderamente importante es el conflicto que cada personaje lleva dentro de sí en el día a día con la vida. Me parecen mucho más importante los personajes que el paisaje. La lucha entre el ser y el deber ser.

Te gusta la conexión directa con los lectores. ¿Qué te aporta ese contacto?

Los lectores siempre me enseñan cosas de mis libros, incluso de mí misma. Siempre me hacen algún comentario que me hace ver que en la novela hay algo que tiene que ver con mi subconsciente. Es muy enriquecedor escuchar la opinión de los demás.

Vamos con las cifras. Casi cuatro millones de libros vendidos con Dime quién soy,

Vamos con las cifras. Casi cuatro millones de libros vendidos en 30 países con Dime quién soy. Dicen que todo lo que tocas es oro. ¿Cómo se asimilan cifras así? ¿Le resulta fácil entender que sus historias interesen en Corea?

Algunas veces te confieso que me sorprende que puedan interesar tan lejos historias con referencias culturales muy nuestras, muy europeas. Me hace mucha ilusión ver un ejemplar de una novela mía publicada en otro país, en otra lengua, porque cuando escribes lo que buscas es comunicarte, y esa comunicación tan íntima que estableces con los lectores a través de las páginas de un libro me parece una especie de milagro.

Sus libros se han publicado en nuevos formatos como Ipad o Iphone. ¿Qué opinión le merecen esas nuevas opciones para la literatura?

No se pueden poner puertas al campo, la revolución tecnológica está aquí. Está cambiando la sociedad. Yo tengo un hijo de 20 años que no coge un libro en papel ni en pintura. Lee, pero en otros formatos. A mi, lo que me importa es que lea, me da igual cómo lee el Quijote, en el ordenador, en el móvil, en el tablet…pero que lea. Yo no pienso que el papel vaya a desaparecer, eso es imposible, siempre va a haber quien necesite el tacto del papel, pero eso no significa que no pueda convivir con los nuevos formatos, que tienen su público. Lo importante es la comunicación, es la única forma de llegar los únicos a los otros. Y estamos muy necesitados de escucharnos.

 

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