Mikel Alvira: “Nos engancharemos con la trama y hasta el final no sabremos cómo se remata la historia”

Llegará la lluvia es el título de tu nueva novela, ¿qué se esconde detrás de tan sugerente título?
Una historia intensa, ágil, conmovedora. Creo que una novela redonda en la que se cruzan las historias con buenas dosis de acción, de ternura, de emoción. Estoy muy satisfecho con el título y con lo que anuncia ese título. Un día dije que El silencio de las hayas era mi novela de la llegada a la cuarentena; pues bien, Llegará la lluvia es la de la entrada en el tiempo de las canas. Quiero decir que la he reposado más, la he trabajado más. Ha sido un recorrido fantástico.

El silencio de las hayas se ambientaba en el Pirineo navarro, Cuarenta días de mayo en Iruñea y Llegará la lluvia en un pueblo de la costa bizkaina. Del interior nos trasladamos a la costa, ¿qué más diferencias hay respecto a las anteriores novelas?
Siempre he dicho que cada novela ha de ser un reto. En ésta, el lector encontrará situaciones muy novedosas respecto a mis obras anteriores. No solo la atmósfera, el ambiente de los acantilados cantábricos, el olor a sal, la magia de nuestra costa… sino, también, una estructura narrativa que nunca antes había usado, unos personajes trabajados desde otro ángulo, un compromiso mío como escritor…

Nuevamente vuelves a una trama que enlaza diferentes generaciones – la primera se sitúa en1910 y la siguiente en los convulsos 1980– y de trasfondo la complejidad de las relaciones humanas, ¿a qué se debe este interés tuyo por las relaciones?
Me interesan las relaciones; son atemporales. El contexto histórico, con su impronta, no deja de ser sino un pretexto. Me parece fascinante explorar en el comportamiento humano. Con todo, no es un libro de psicología, de terapia de pareja o de autoayuda, sino una novela con dos ejes muy marcados por la acción, el misterio, las dudas… Nos engancharemos con la trama y hasta el final no sabremos cómo se remata la historia.

La forma que tienen los protagonistas de enfrentarse a situaciones extremas, tanto en lo pasional como en su evolución vital, esto es, el amor, la muerte, la cobardía o la mentira es otra de las constantes del libro.
Sí, en efecto. En la vida nos movemos por emociones, aunque nunca nos hayan enseñado a gestionarlas. Por eso mis personajes se enfrentan a sus miedos, ilusiones o amores a pecho descubierto. Es decir, como cualquiera de nosotros. Yo creo que habrá muchos lectores que se identificarán con uno u otro personaje. Al fin y al cabo, lo único que hago es importar de la vida cotidiana y plasmarlo en papel.

¿Se podría decir que Llegará la lluvia es una novela de amor?
Sí. De amor en sus diferentes vertientes. De intenso amor, ése que trasciende al tiempo o a la muerte. Al menos, del que aspiramos a que transcienda al tiempo y a la muerte. Y de amor carnal, claro, que es tan importante como el otro. De amor gratuito y de amor prohibido… y de desamores, por supuesto. Alguien me dijo que si no sabía qué era estar enamorado, era porque nunca lo había estado. Este libro quiere demostrar que sí sé qué es estar enamorado. Mis personajes, cada uno a su manera, lo están. Me ha encantado transitar por este registro. Es divertido. Yo mismo soy un enamorado del amor.

Además de Llegará la lluvia también has publicado el poemario Cuatro coma cuatro. Y Llegará la lluvia también incluye poemas, ¿cómo es tu relación con la poesía?
Me llevo muy bien con la poesía. Creo que la prosa y la poesía se complementan en este quehacer mío. No me concibo escribiendo solamente en un camino. En definitiva, se trata de contar historias con emoción; lo de menos es si son en verso o en capítulos.

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