Superficiales – Nicholas Carr
Nicholas Carr, periodista y comunicador norteamericano, articulista, bloguero y usuario compulsivo de las nuevas tecnologías y sobre todo de la red, se dio cuenta hace unos años de que algo estaba cambiando en su modo de leer y de comprender textos, de analizarlos y de profundizar en ellos. Ese fue el motivo que le impulsó a indagar en las consecuencias de Internet en la manera de pensar y leer de las personas.
Basado en infinidad de artículos, estudios y experimentos de diferentes Universidades de todo el mundo, SUPERFICIALES- ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes? es un trabajo serio y con criterio sobre los efectos secundarios de Internet en el cerebro humano y por lo tanto en sus diferentes funciones. Internet, según Carr, no permite una lectura pausada y concentrada. La red está diseñada precisamente para lo contrario, para distraer, dispersar la atención del usuario. Cada página web está pensada para que el navegante esté el menor tiempo posible en ella y busque nueva información a través de la infinidad de enlaces y reclamos que habitan la misma. Internet no solo está cambiando la forma de leer y por lo tanto de entender los textos y la información, sino que está provocando cambios morfológicos en el cerebro. La red no permite una lectura profunda y, según Carr, eso provoca que nuestras reflexiones tampoco lo sean.
Carr realiza un viaje a través del tiempo para analizar la consecuencia de la aparición de diferentes tecnologías de escritura ( y por tanto para la lectura) en el ser humano, desde las tablillas de arcilla de Mesopotamia hasta el tablet actual, pasando por el papiro, códice, libro…
SUPERFICIALES no es un libro contrario a las nuevas tecnologías, no quiere denostarlas ni aboga por la vuelta al uso del papel de forma masiva. Carr, no solo es usuario de la red, sino defensor de la misma. Pero con este trabajo, pretende alertar sobre las consecuencias que puede tener un uso irracional de la red.
Precisamente por los efectos que la red estaba causando en su capacidad de concentración, para terminar este libro, Nicholas Carr tuvo que exiliarse a las montañas de Colorado junto con su mujer, sin conexión a Internet, lejos de blogs, facebook, twitter y demás habitantes de la red.
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