Viñetas en movimiento

Katixa Titin El estreno en el pasado Zinemaldia de Zipi y Zape y el club de la canica (Oskar Santos, 2013), nos ha recordado que hay vida más allá de los superhéroes, y que también se adaptan al cine cómics que no nos hablan de Superman, Ironman o Spiderman. Así que vamos a dejar de lado las misiones para salvar el mundo y nos centraremos en otras historias que de la viñeta han saltado a la pantalla.

Antes que los gemelos gamberros creados por Escobar, otros famosos de la historieta, Mortadelo y Filemón, habían tenido ya su momento cinematográfico. Fue Javier Fesser quien en 2003 llevó al celuloide (con multitud de efectos especiales) a los  agentes de la TIA en La gran aventura de Mortadelo y Filemón.

El cómic franco-belga nos ha dejado adaptaciones cinematográficas más numerosas. Astérix y Obélix, los resistentes galos creados por Goscinny y Uderzo, son ya personajes fílmicos habituales. Hasta doce veces se han adaptado sus historias a la pantalla: ocho en películas de animación, y cuatro en imagen real. En 2014 llega la última adaptación, esta vez en formato 3D y a cargo de los directores Louis Clichy y Alexandre Astier, que llevará por título Astérix. La Residencia de los dioses.

El otro grande del álbum franco-belga, Tintín, no se ha quedado atrás. En vida de su creador Hergé, Tintín pisó los platós cinematográficos hasta en cinco ocasiones, y en 2011 volvió a lo grande, bajo la batuta de Steven Spielberg, para quien Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio solo es la primera de una trilogía largamente planeada.

Pero si nos alejamos de la historieta juvenil podemos encontrar también exitosas adaptaciones de cómics. Tal es el caso de Persépolis, la novela gráfica autobiográfica de la iraní Marjane Satrapi en las que narra sus andanzas desde la caída del Sha de Persia en 1979 hasta su emigración a Francia. El film del mismo título fue dirigido en 2007 por la propia autora y Vincent Paronnaud. La pareja repitió en 2011, llevando a la pantalla la novela gráfica de la iraní Pollo con ciruelas.

En 2010 se estrenaba María y yo, un documental basado en la novela gráfica de Miguel Gallardo (Astiberri, 2007), otra historia autobiográfica que narra las vacaciones que el autor disfruta en un resort de las Islas Canarias con su hija autista. Arrugas (Astiberri, 2008), novela gráfica de Paco Roca que con crudeza y ternura a partes iguales nos habla de los estragos del Alzheimer, se llevó el premio Nacional del Cómic en 2008. Al poco tiempo dio el salto a la gran pantalla, convertida en película de animación de la mano de Ignacio Ferreras.

Vayamos a Hollywood. Camino a la perdición (Sam Mendes, 2002), la última película en la que participó Paul Newman, tiene su origen en un cómic noir, que narra las desventuras de un padre y un hijo tratando de sobrevivir en los Estados Unidos de la Gran depresión. La novela gráfica, que firman  Max A. Collins, R. Piers Rayner y J. Luis García-López, se publicó por primera vez en castellano en 2011, dentro de la colección Panini Noir.

La colaboración entre el director David Cronenberg y el actor Viggo Mortensen nos tiene acostumbrados a buenos resultados. Basta mencionar Una historia de violencia (2007). La película, protagonizada por un hombre a quien el pasado le hace una visita inoportuna, está basada en Una historia violenta, novela gráfica de John Wagner y Vincent Locke publicada también por Panini Noir (2011).

Nos queda el espacio justo para mencionar una sola de la extensa filmografía japonesa basada en el manga. Con Akira y su Tokyo futurista –novela gráfica y película del mismo autor, Katsuhiro Otomo–, nos despedimos y corroboramos que, efectivamente, no hacen falta superpoderes para dar el salto al cine.

 

 

 

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