Xabier Gutiérrez: “El género de misterio es el que más me atrae, porque te lleva al límite de las personas, y de la vida”

Xabier GutierrezEl aroma del crimen es su primer trabajo de ficción. Xabier Gutiérrez lo tenía claro, iba a escribir una novela negra ambientada en el mundo de los fogones, el que mejor conoce. En sus páginas pululan recetas, chefs, camareros y estudiantes de cocina. Pero también médicos, arquitectos y diseñadores de moda. Todos ellos conforman una obra coral inteligentemente resuelta, sobre la que el suspense logra planear a sus anchas.

 ¿Es usted un cocinero que escribe? ¿Un escritor que cocina?

Desde hace más de 25 años trabajo como jefe de laboratorio del restaurante Arzak, donde principalmente hacemos innovación. También escribo, y hago más cosas. Soy una persona muy inquieta, y me gusta hacer cosas que me producen placer. Últimamente, me produce especial placer meterme en el mundo de la literatura negra, ahondar en personajes de ficción, divertirme y reír con ellos, hacerles sufrir… Después de varios libros de cocina he escrito “El aroma del crimen” mi libro número 18, y mi primera novela negra.

 Una novela negra en la que la cocina tiene un papel muy importante.

Cada vez que he escrito un libro de cocina he sentido la espina clavada de realizarme como escritor de novelas. Muchas veces, en los libros anteriores, me he refugiado en recetas y fotografías, pero yo deseaba escribir una novela, un relato ambientado en una situación que conozco muy bien y de la que me ha hecho falta muy poca documentación. Sí es cierto que he tenido que investigar el ámbito laboral de la policía, pero el resto lo he vivido personalmente. La verdad es que me he sentido muy a gusto contando la historia y desarrollando los personajes. Ese ha sido el verdadero descubrimiento: meterme en los personajes y sufrir con ellos. Ha sido una especie de ejercicio donde me he sentido muy a gusto y donde he llegado a descubrir cosas que, a pesar de mis 54 años, no había visto. Eso me ha dado mucho placer y me ha abierto la puerta al personaje de Vicente Parra, oficial de la Ertzaintza, un hombre me está dando mucho juego, no sólo para esta novela, si no también para las siguientes.

Además de cocineros y policías, también hay diseñadores de moda, médicos, bedeles…

Sí, y ese ha sido precisamente uno de los retos de la novela. Sin duda, el mundo en el que nado más a gusto es el de la cocina. Pero siempre me ha llamado mucho la atención la cantidad de profesiones que están unidas a la nuestra. Por una razón o por otra, trabajamos estrechamente junto a arquitectos, modistos, fotógrafos o cineastas, entre otros profesionales. Y a mí me interesan muchísimo. El hecho de que una de las personas asesinadas sea una modista no es casualidad. La sanidad también me llama mucho la atención. Si yo no hubiera sido cocinero hubiera sido médico. En las páginas de libro también he dejado un poco lo que me hubiera gustado ser o hacer.

 ¿Tenía claro que su primera novela de ficción iba a ser de misterio?

Sí, quería escribir una novela negra para imaginar mundos y personajes, para adentrarme en ellos y poder sacarles jugo. Todas las personas tenemos partes buenas y malas. Soy un gran devorador de libros y películas, y el misterio es el género que más me atrae, porque creo que te lleva al límite de las personas, y de la vida. Desarrollar una historia de 70 capítulos con más de 300 páginas y gran cantidad de personajes ha sido un reto para mí.

Yo trabajo en innovación, siempre tengo que probar cosas nuevas. Y esto era una oportunidad fantástica para probar una cosa nueva y retarme a mí mismo.

Ha sido un ejercicio de disciplina increíble. Escribo todos los días a primera hora de la mañana, cuando tengo un poco de tiempo libre y mi cerebro está más libre también. Me siento hacia las siete y termino hacia las nueve y media o diez. En ese rato salen muchas cosas…

Se trata de una historia coral en la que el tema del tiempo está muy bien resuelto.

La verdad es que tenía miedo de que los personajes se me fueran o se desubicarán, por eso me he centrado en definir los personajes en unas situaciones muy concretas, para que el lector no se pierda.

Ahora vivimos tiempos de inmediatez, queremos que todo ocurra rápido. Hacer una reflexión e intentar contar bien una trama a través de varios cientos de páginas ha sido un placer, y también un desahogo.

El oficial de la Ertzaintza me ha enganchado para las siguientes novelas. Y esto es algo que no me hubiera podido ni imaginar. La novela me ha devuelto la pelota con una violencia que he tenido que devolver, hasta tres veces.

Así que, tendremos una saga de Vicente Parra…

De hecho ya hay una saga de Vicente Parra, aunque todavía no sé si tendré la suerte de que me las publiquen. Cuando terminé la novela le di un mes de vacaciones al señor Vicente para ponerle otra vez a trabajar, así hasta tres veces. Está prácticamente acabada la tercera parte y hay una cuarta en camino.

Los madrugones han merecido la pena.

Claro, yo sigo madrugando. Es increíble. Siempre me he puesto el despertador, pero desde que escribo, me despierto automáticamente, sin necesidad del despertador.

 

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