Amor y muerte, un choque de trenes
Las historias de amor que transcurren en tiempos de guerra abundan en la literatura y nos recuerdan que las razones del corazón pesan por encima de todas las circunstancias
 “Debajo  de  él,  el  suelo  parecía  todavía  escorarse,  y  luego  cobró  el  ritmo  de  una  marcha  acompasada,  y  una  vez  más  Turner  descubrió  que  estaba  tan  afectado  por  las  impresiones,  tan  febril  y  exhausto  que  no  podía  dormir.  A  través  de  la  tela  de  su  abrigo  palpó  el  fajo  de  cartas  de  Cecilia.  Te  esperaré.  Vuelve.”
“Debajo  de  él,  el  suelo  parecía  todavía  escorarse,  y  luego  cobró  el  ritmo  de  una  marcha  acompasada,  y  una  vez  más  Turner  descubrió  que  estaba  tan  afectado  por  las  impresiones,  tan  febril  y  exhausto  que  no  podía  dormir.  A  través  de  la  tela  de  su  abrigo  palpó  el  fajo  de  cartas  de  Cecilia.  Te  esperaré.  Vuelve.”
Estamos en Francia, en plena II Guerra Mundial, y el ejército se retira hacia Dunquerque. Con ellos marcha Robbie Turner, herido, acordándose con dolor de Cecilia, la mujer a la que ama, pese a que fatales circunstancias le han impedido compartir su vida con ella. El párrafo pertenece a Expiación, una novela excepcional sobre el sentido de la culpa y la fuerza del amor. Su autor, el inglés Ian McEwan, escribió en este libro algunas de las mejores páginas sobre la crudeza del campo de batalla.
El amor y la guerra son, al parecer, indisociables de la condición humana y, por lo tanto, de la literatura. Experiencia límite de hombres y mujeres, escribían de ello los clásicos y lo siguen haciendo muchos autores contemporáneos. Ahí tenemos a Doctor Zhivago, por ejemplo, la novela de Borís Pasternak en la que la pasión puede con todas las penurias que traen la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa y la posterior guerra civil. Tan clásico como el Diario de Ana Frank, ese estremecedor testimonio de una niña judía oculta en un almacén de Amsterdam durante la ocupación nazi. Quién no ha leído con el corazón en un puño esas páginas en las que Ana describe su atracción por Peter, sabedor el lector de que la barbarie hará imposible esa historia de amor… y la vida misma.
 Tardíamente  publicada  en  castellano,  La  canción  del  cielo,  de  Sebastian  Faulks,  está  considerada  ya  como  un  auténtico  clásico  contemporáneo  y  uno  de  los  mejores  libros  sobre  la  Primera  Guerra  Mundial.  La  acción  arranca  en  el  año  1910,  cuando  un  joven  inglés  llamado  Stephen  Wraysford  viaja  a  Francia  para  estudiar  el  funcionamiento  de  una  fábrica  textil.  Allí  conoce  a  Isabelle,  la  mujer  del  dueño  de  la  fábrica,  con  la  que  vivirá  un  apasionado  romance.  Cuando  ella  le  abandona,  Stephen,  destrozado,  decide  volver  a  su  país,  pero  seis  años  más  tarde  regresa  a  Francia,  esta  vez  para  combatir  en  la  Gran  Guerra.
Tardíamente  publicada  en  castellano,  La  canción  del  cielo,  de  Sebastian  Faulks,  está  considerada  ya  como  un  auténtico  clásico  contemporáneo  y  uno  de  los  mejores  libros  sobre  la  Primera  Guerra  Mundial.  La  acción  arranca  en  el  año  1910,  cuando  un  joven  inglés  llamado  Stephen  Wraysford  viaja  a  Francia  para  estudiar  el  funcionamiento  de  una  fábrica  textil.  Allí  conoce  a  Isabelle,  la  mujer  del  dueño  de  la  fábrica,  con  la  que  vivirá  un  apasionado  romance.  Cuando  ella  le  abandona,  Stephen,  destrozado,  decide  volver  a  su  país,  pero  seis  años  más  tarde  regresa  a  Francia,  esta  vez  para  combatir  en  la  Gran  Guerra.
 Porque  en  la  guerra,  ya  se  sabe,  se  pueden  dar  todo  tipo  de  situaciones.  Como  la  que  imagina  el  canadiense  Michael  Ondaatje  en  El  Paciente  Inglés,  novela  ganadora  del  Booker  Price  en  1992:  Cuando  los  aliados  deciden  abandonar  el  convento  convertido  en  hospital  de  campaña,  quedan  allí  Hana,  una  joven  enfermera  canadiense,  y  un  paciente  con  el  cuerpo  achicharrado  que  no  recuerda  su  identidad.  Junto  a  ellos  conviven  un  sij  especializado  en  desactivar  explosivos  y  un  superviviente  mutilado.  Cada  uno  de  ellos  va  plasmando  sus  recuerdos,  mientras  se  nos  desvela  una  historia  de  amor  marcada  por  los  celos.
Porque  en  la  guerra,  ya  se  sabe,  se  pueden  dar  todo  tipo  de  situaciones.  Como  la  que  imagina  el  canadiense  Michael  Ondaatje  en  El  Paciente  Inglés,  novela  ganadora  del  Booker  Price  en  1992:  Cuando  los  aliados  deciden  abandonar  el  convento  convertido  en  hospital  de  campaña,  quedan  allí  Hana,  una  joven  enfermera  canadiense,  y  un  paciente  con  el  cuerpo  achicharrado  que  no  recuerda  su  identidad.  Junto  a  ellos  conviven  un  sij  especializado  en  desactivar  explosivos  y  un  superviviente  mutilado.  Cada  uno  de  ellos  va  plasmando  sus  recuerdos,  mientras  se  nos  desvela  una  historia  de  amor  marcada  por  los  celos.
L a  verdad  es  que  la  II  Guerra  Mundial  ha  sido  escenario  de  miles  de  novelas,  en  muchas  de  las  cuales  no  falta  la  correspondiente  historia  de  amor.  En  Leningrado  sitúa Paulina  Simons  su  best-seller  El  Jinete  de  Bronce,  en  el  que  nos  cuenta  la  vida  de  dos  hermanas  que  se  enamoran  de  un  misterioso  oficial  del  ejército  Rojo.  Al  estadounidense  Douglas  Kennedy  tampoco  le  ha  ido  mal  con  El  momento  en  que  todo  cambió,  una  trágica  historia  de  amor  ambientada  en  el  Berlín  de  la  Guerra  Fría.
a  verdad  es  que  la  II  Guerra  Mundial  ha  sido  escenario  de  miles  de  novelas,  en  muchas  de  las  cuales  no  falta  la  correspondiente  historia  de  amor.  En  Leningrado  sitúa Paulina  Simons  su  best-seller  El  Jinete  de  Bronce,  en  el  que  nos  cuenta  la  vida  de  dos  hermanas  que  se  enamoran  de  un  misterioso  oficial  del  ejército  Rojo.  Al  estadounidense  Douglas  Kennedy  tampoco  le  ha  ido  mal  con  El  momento  en  que  todo  cambió,  una  trágica  historia  de  amor  ambientada  en  el  Berlín  de  la  Guerra  Fría.
Interesante, y muy entretenida, resulta la lectura de Ronda nocturna, de Sarah Waters, una historia de amor entre mujeres, mezclada con traiciones y otros aspectos, con losbombardeos que sufrió Londres en la II Guerra Mundial como telón de fondo.
 Hay  muchas  más  historias.  Como  la  que  cuenta  Andrés  Pérez  Domínguez  en  El  violinista  de  Mauthausen,  un  relato  de  intriga,  aventura,  espionaje  y  romance  que  transcurre  entre  el  París  ocupado  por  los  alemanes,  el  Berlín  en  ruinas  tras  la  Segunda  Guerra  Mundial  y  el  campo  de  exterminio  de  Mauthausen.  O  la  de  Fernando  Schwartz,  quien  en  su  novela  Vichy,  1940,  mientras  nos  sumerge  en  el  corazón  de  la  Resistencia,  disecciona  la  historia  de  amor  entre  Manuel,  ex  diplomático  español  maduro  y  desencantado,  y  Marie,  joven  parisina  apasionada.
Hay  muchas  más  historias.  Como  la  que  cuenta  Andrés  Pérez  Domínguez  en  El  violinista  de  Mauthausen,  un  relato  de  intriga,  aventura,  espionaje  y  romance  que  transcurre  entre  el  París  ocupado  por  los  alemanes,  el  Berlín  en  ruinas  tras  la  Segunda  Guerra  Mundial  y  el  campo  de  exterminio  de  Mauthausen.  O  la  de  Fernando  Schwartz,  quien  en  su  novela  Vichy,  1940,  mientras  nos  sumerge  en  el  corazón  de  la  Resistencia,  disecciona  la  historia  de  amor  entre  Manuel,  ex  diplomático  español  maduro  y  desencantado,  y  Marie,  joven  parisina  apasionada.
 Quien  prefiera  las  historias  basadas  en  hechos  reales  disfrutará  con  el  cómic  Tristísima  ceniza,  ilustrado  por  Iñaket  y  escrito  por  Mikel  Begoña,  quien  investigó  la  vida  que  Robert  Capa  llevó  durante  su  estancia  en  Bilbao  en  1937  y  se  encontró  con  la  historia  de  amor  que  el  fotógrafo  norteamericano  vivió  con  Gerda  Taro,  poco  antes  de  que  ésta  muriera  en  Brunete  aplastada  por  una  tanqueta.  En  este  mismo  tema  se  basó  Susana  Fortes  para  escribir  Esperando  a  Robert  Capa,  libro  con  el  que  ganó  el  premioFernando  Lara  en  2009.
Quien  prefiera  las  historias  basadas  en  hechos  reales  disfrutará  con  el  cómic  Tristísima  ceniza,  ilustrado  por  Iñaket  y  escrito  por  Mikel  Begoña,  quien  investigó  la  vida  que  Robert  Capa  llevó  durante  su  estancia  en  Bilbao  en  1937  y  se  encontró  con  la  historia  de  amor  que  el  fotógrafo  norteamericano  vivió  con  Gerda  Taro,  poco  antes  de  que  ésta  muriera  en  Brunete  aplastada  por  una  tanqueta.  En  este  mismo  tema  se  basó  Susana  Fortes  para  escribir  Esperando  a  Robert  Capa,  libro  con  el  que  ganó  el  premioFernando  Lara  en  2009.
 Por  quién  doblan  las  campanas  es  una  gran  historia  de  ficción,  pero  Ernest  Hemingway  se  inspiró  en  sus  propios  recuerdos  de  la  Guerra  Civil,  conflicto  que  cubrió  como  corresponsal.  Nos  cuenta  el  proceso  de  enamoramiento,  en  plena  batalla,  de  un  soldado  republicano  español  especialista  en  explosivos.
Por  quién  doblan  las  campanas  es  una  gran  historia  de  ficción,  pero  Ernest  Hemingway  se  inspiró  en  sus  propios  recuerdos  de  la  Guerra  Civil,  conflicto  que  cubrió  como  corresponsal.  Nos  cuenta  el  proceso  de  enamoramiento,  en  plena  batalla,  de  un  soldado  republicano  español  especialista  en  explosivos.
Ya metidos en la Guerra Civil, podemos citar a Ana María Matute -que tiene historias de la guerra tan trágicas como Luciérnagas– o a Antonio Muñoz Molina, quien en la voluminosa La noche de los tiempos cuenta la historia de amor entre Ignacio Abel y Judith Biel, que se inicia en Madrid cuando la Guerra Civil está a punto de estallar y se prolonga durante los primeros tiempos del conflicto.
 Sin  abandonar  la  contienda  del  36,  en  Urtebete  itsasargian,  Miren  Agur  Meabe  nos  sumerge  en  un  convulso  verano,  el  que  vive  un  niño  de  trece  años  durante  los  meses  siguientes  al  estallido  de  la  contienda,  cuando  conocerá  el  amor  y  el  odio,  la  amistad  y  la  traición.  La  escritora  lekeitiarra,  por  cierto,  ha  traducido  al  castellano  la  novela  de  Uxue  Alberdi,  Aulki  jokoa,  recién  publicada  con  el  título  de  Juego  de  Sillas.  En  ella  asistimos  a  la  relación  entre  Martina  y  Eutimio,  marcada  por  la  separación  que  les  impone  la  guerra.  Ella,  enamorada  en  secreto  de  Eutimio,  sabe  que  él  ama  a  otra;  él  sólo  ve  en  ella  complicidad  y  amparo.  Tras  tres  años  de  combatir  en  el  bando  franquista,  Eutimio  regresa  y,  perdida  la  esperanza  de  reunirse  con  la  mujer  que  ama,  se  refugia  en  Martina.
Sin  abandonar  la  contienda  del  36,  en  Urtebete  itsasargian,  Miren  Agur  Meabe  nos  sumerge  en  un  convulso  verano,  el  que  vive  un  niño  de  trece  años  durante  los  meses  siguientes  al  estallido  de  la  contienda,  cuando  conocerá  el  amor  y  el  odio,  la  amistad  y  la  traición.  La  escritora  lekeitiarra,  por  cierto,  ha  traducido  al  castellano  la  novela  de  Uxue  Alberdi,  Aulki  jokoa,  recién  publicada  con  el  título  de  Juego  de  Sillas.  En  ella  asistimos  a  la  relación  entre  Martina  y  Eutimio,  marcada  por  la  separación  que  les  impone  la  guerra.  Ella,  enamorada  en  secreto  de  Eutimio,  sabe  que  él  ama  a  otra;  él  sólo  ve  en  ella  complicidad  y  amparo.  Tras  tres  años  de  combatir  en  el  bando  franquista,  Eutimio  regresa  y,  perdida  la  esperanza  de  reunirse  con  la  mujer  que  ama,  se  refugia  en  Martina.
 Ramon  Saizarbitoria  en  Amor  y  Guerra  (Bihotz  Bi.  Gerrako  kronikak)  entremezcla  una  historia  de  desamor  con  dos  guerras:  la  del  36,  que  aparece  en  los  recuerdos  del  narrador,  y  la  de  la  vida  cotidiana  de  la  pareja  protagonista.  Curiosamente,  la  catalana  Nuria  Amat  utilizó  el  mismo  título  que  el  escritor  donostiarra  en  el  libro  que  el  año  pasado  le  valió  el  premio  Ramón  Llul  a  la  mejor  obra  escrita  en  catalán.  En  este  Amor  y  Guerra,  Amat  mezcla  hechos  ficticios  y  reales  para  contarnos  la  historia  de  amor  entre  la  joven  anarquista  Valentina  Mur  y  el  primo  del  carismático  comunista  Ramón  Mercader,  quien  mató  a  Trotski  por  orden  de  Stalin.  Atrapados  en  la  sacudida  de  la  Guerra  Civil,  los  protagonistas  se  aferran  al  amor  como  única  vía  de  redención.
Ramon  Saizarbitoria  en  Amor  y  Guerra  (Bihotz  Bi.  Gerrako  kronikak)  entremezcla  una  historia  de  desamor  con  dos  guerras:  la  del  36,  que  aparece  en  los  recuerdos  del  narrador,  y  la  de  la  vida  cotidiana  de  la  pareja  protagonista.  Curiosamente,  la  catalana  Nuria  Amat  utilizó  el  mismo  título  que  el  escritor  donostiarra  en  el  libro  que  el  año  pasado  le  valió  el  premio  Ramón  Llul  a  la  mejor  obra  escrita  en  catalán.  En  este  Amor  y  Guerra,  Amat  mezcla  hechos  ficticios  y  reales  para  contarnos  la  historia  de  amor  entre  la  joven  anarquista  Valentina  Mur  y  el  primo  del  carismático  comunista  Ramón  Mercader,  quien  mató  a  Trotski  por  orden  de  Stalin.  Atrapados  en  la  sacudida  de  la  Guerra  Civil,  los  protagonistas  se  aferran  al  amor  como  única  vía  de  redención.
 Bastante  más  atrás  en  la  historia  se  sumerge  Toti  Martínez  de  Lezea  en  sus  novelas,  muchas  de  las  cuales  incluyen  historias  de  amor  marcadas  por  la  guerra.  Como  ejemplo, La  Comunera,  en  el  que  dos  jóvenes  enamorados  liderarán  la  revuelta  de  las  Comunidades  de  Castilla  (1517)  o  La  brecha  ambientada  en  Donostia  en  1813,  durante  el  final  de  la  Guerra  de  la  Independencia.
Bastante  más  atrás  en  la  historia  se  sumerge  Toti  Martínez  de  Lezea  en  sus  novelas,  muchas  de  las  cuales  incluyen  historias  de  amor  marcadas  por  la  guerra.  Como  ejemplo, La  Comunera,  en  el  que  dos  jóvenes  enamorados  liderarán  la  revuelta  de  las  Comunidades  de  Castilla  (1517)  o  La  brecha  ambientada  en  Donostia  en  1813,  durante  el  final  de  la  Guerra  de  la  Independencia.
Acabamos con un poco de humor, que también hace falta en la guerra. Y nos vamos a las Navas de Tolosa, escenario en el que Juan Eslava Galán desarrolla su recién publicada Últimas pasiones del caballero Almafiera, la divertida historia de un caballero de oscuro pasado que, regresando de las Cruzadas, se enamora de la esposa de su mayor enemigo.
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