Parque Natural de Gorbeia: Guía completa y excursiones

Araba y Bizkaia reúnen sus territorios en un abrazo de naturaleza exultante, donde se hace protagonista indiscutible una de las cumbres más emblemáticas de la montaña vasca. Resguardado al amparo de las alturas, perdura un reino natural modelado por la mano lenta y afanosa de la vida, por las fuerzas incontrolables de la geología  y por la destrezas del ser humano, quien ha adaptado el medio a sus propias necesidades de supervivencia, dejando grabada su impronta en el paisaje. Cautivados por el hechizo incontenible de las montañas, nos calzamos las botas dispuestos a explorar hasta el último rincón de este espacio natural de 20.000 hectáreas, protegido desde el año 1994 bajo la figura de Parque Natural.

Nos elevamos desde el fondo de los valles que rodean el macizo. Atravesamos pequeños pueblos y aldeas primorosas, donde se mantiene un extraordinario patrimonio cultural ligado al uso sostenible de la naturaleza. Remontamos húmidos barrancos, recorridos por ríos y arroyos vírgenes que se camuflan bajo la espesura de las alisedas. Son el paraíso de pequeños anfibios como la rana bermeja, el sapo partero, el tritón jaspeado y la salamandra. La lavandera boyera y el mirlo acuático revolotean sobre el cauce en busca de alimento. Al abrigo del bosque crecen frondosos robledales, y en las alturas reina la grata umbría del hayedo. Al notar nuestra presencia, el arrendajo emite la señal de alarma para avisar a los habitantes del bosque. El petirrojo, animado por su enorme curiosidad, hace oídos sordos y se acerca a saludarnos. En los lugares más insospechados van saliendo a nuestro encuentro las huellas dejadas por el pasado en forma de antiguas neveras, hornos de cal, plataformas de carboneros, grandes tejeras y enormes ericeras, esos cercos de piedra donde antaño se conservaban las castañas para protegerlas del apetito insaciable de las alimañas.

Las laderas se encabritan para abrazarse a los albos roquedos. Flanqueamos persiguiendo senderos impensables que vencen las murallas cruzando ventanas naturales y salvando portillos temerarios.  Nos aventuramos en el laberinto mineral que nos atrapa con la fuerza de un poderoso imán. Bajo el abrigo gélido de estos eriales rebosantes de vida, sentimos el susurro inerte de la roca. Nos dejamos embaucar por la falsa quietud que habita en el vientre oscuro de las cavidades, donde se percibe el aliento primigenio de antiguas leyendas, arraigadas en nuestro imaginario popular.

Fuera del roquedo, los espinos se engalanan de blanco, iluminando los prados donde sestean los rebaños. Algunos tejos milenarios derraman viejas historias a nuestro paso. Nos dejamos ver por las grandes cumbres del macizo que nos contemplan presumidas desde las alturas. Deberemos perseverar en nuestro empeño si queremos conquistarlas. Brotamos a los inmensos pastos, rasurados por los afilados incisivos de ovejas, vacas y caballos. Al fondo de las profundas barrancas cubiertas de helechos, se escucha la bronca  berrea de los ciervos en celo. Sobre los herbazales corre el viento  que peina la ladera animando el suave  planeo del buitre, el alimoche, el cernícalo y la chova. 

Las huellas de la prehistoria nos susurran al contemplar los altivos monolitos que aquellos humanos levantaron para trascender su propia existencia. Junto a estos monumentos megalíticos conviven las majadas pastoriles, agrupadas en pequeñas cabañas de piedra con cubiertas de tepe, con sus precarios rediles y diminutas cochiqueras.

Remontamos las últimas pendientes en busca de ese gigante abombado que parece más lejano a cada paso que damos. En lo más alto se alza, inconfundible, la vieja cruz de hierro bajo la que se reúnen a diario los montañeros. Desde aquí arriba la vista se prolonga infinita.  ¡Hemos coronado Gorbeia!

Una guía con 24 rutas y travesías

Nacido dentro de la colección Euskal Herria, Parque Natural de Gorbeia, guía completa y excursiones está destinado a ser libro de cabecera de quien quiera conocer hasta el último secreto de este fabuloso espacio natural. Este volumen presenta 24 rutas y travesías perfectamente detalladas, con descripciones claras y precisas que nos ayudarán a seguir los itinerarios sin dificultad. Todo ello de la mano del periodista y fotógrafo Alberto Muro, gran conocedor de estas montañas. Las magníficas fotografías nos harán desear conocer in situ este entorno natural privilegiado.

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