Los Libros de Pablo Antoñana

Los lectores de las colaboraciones periodísticas de Pablo Antoñana (últimamente en Gara y Diario de Noticias) apreciaban tanto sus opiniones contra los poderes políticos, religiosos y militares, como su estilo de frases que avanzan al compás de respiración y pensamiento, y de palabras oídas a campesinos, vagabundos y patrañeros, o aprendidas en toda clase de libros: catecismos, almanaques, de viajes…, incluso literarios. Leer sus libros (aún en catálogo, al menos los editados por Pamiela), nos descubre a un imprescindible autor con más de cincuenta años de dedicación a la escritura.

Antoñana se inició en la literatura hacia 1960, con tres novelas destacadas en certámenes literarios: El capitán Cassou, No estamos solos y La cuerda rota, finalista del Nadal, que no se publicó en su momento. Sí llegó a editarse  El sumario, de técnica policíaca y ambientada en el sur de ese país que luego llamaría “República de Yoar”, con la que culmina un primer ciclo narrativo de raigambre faulkneriana y contenido social. En los setenta escribió otras dos novelas, Pequeña crónica y Relato cruento, premiadas en Guipúzcoa y Navarra, en las que narra la decadencia de una familia de propietarios rurales desde las carlistadas hasta la guerra del 36; las repetidas guerras civiles y las injusticias sociales aparecen como lacras de nuestra tierra a lo largo de la historia.

Estas seis novelas exigen una lectura consciente, no son literatura de consumo o de evasión; faltan en ellas el héroe positivo y el orden cronológico lineal. Más asequibles resultan sus cuentos, escritos desde el inicio de su carrera, aunque solamente se editaron en libro a partir de 1985, año de Botín y fuego y otros relatos y Patrañas y otros extravíos. Posteriores colecciones de relatos y textos diversos fueron La vieja dama y otros desvaríos, Despropósitos, Extraña visita y otras historias y Último viaje y otras fábulas. A los que tengan la imagen de un Antoñana apegado a su terruño, les chocarán los ambientes americanos y africanos de bastantes cuentos.

Otras obras de Antoñana, aunque no incluyen elementos de ficción, adquieren valor literario por su elaborado estilo. Se trata de ensayos históricos o etnográficos (Noticias de la segunda guerra carlista; Memoria, divagación, periodismoTierraestella) y de recopilaciones de artículos (Miniaturas; Aquellos tiempos y Escrito en silencio). La lectura de uno o varios de estos libros, donde resuena la voz de Antoñana en directa comunicación con el lector, es el mejor homenaje que podemos hacer al desaparecido escritor.

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